Columna invitada

El poder de los hábitos para lograr el éxito en la vida y en los negocios

• “Para lograr algo que uno nunca ha podido lograr, es necesario convertirse en alguien que nunca ha sido; hay que aprender cosas que antes no se conocían”: Les Brown


David Moisés Terán Pérez *

La clave para hacer ejercicio con regularidad, para perder peso, para ser productivo, para tener disciplina, para obtener riqueza, para ser exitoso y en general para conseguir lo que usted desea, consiste simplemente en entender a detalle la manera en que funcionan los hábitos.

Y si somos capaces de entender cómo operan los hábitos en nuestras vidas, conseguiremos transformar nuestra vida personal, familiar, laboral y social. Empecemos: La rutina ocurre por un hábito. Esto significa que los hábitos surgen en nuestras vidas porque nuestro cerebro siempre está buscando la manera de esforzarse menos.

Como lo establece Charles Duhigg: “El cerebro intentará convertir cualquier rutina en hábito, ya que los hábitos permiten al cerebro adormecerse con más frecuencia. Este instinto ahorrador de energía, es una gran ventaja en realidad; es decir, un cerebro efectivo requiere menos espacio, y nos permite dejar de pensar todo el tiempo en comportamientos básicos como caminar o decidir qué comer; de modo que podamos dedicar nuestra energía mental a inventar cosas que nos faciliten la vida”.

Empero, “ahorrar energía mental” es sumamente complicado, porque si el cerebro se “apaga” en el momento menos oportuno podríamos olvidar algo importante, correr un riesgo significativo o, en el peor de los casos, poner nuestra existencia en peligro. Por esa razón, los ganglios basales (que son grandes estructuras neuronales [agrupaciones de neuronas] ubicadas en la profundidad de los hemisferios cerebrales) han diseñado un sistema inteligente para determinar en qué momento ceder el control a los hábitos. Pero formalmente, ¿qué es un hábito? Es un proceso cerebral que se define como un bucle (o un ciclo cerrado que se repite) de tres pasos:

  • El primero es la señal: Es el detonante que le indica al cerebro que entre en modalidad automática, y le dice qué habito debe utilizar.
  • El segundo es la rutina: La cual puede ser física, mental y/o emotiva, y se define como la acción a realizar.
  • El tercero es la recompensa: Que es lo que ayuda al cerebro a descifrar si vale o no la pena recordar ese bucle en particular en lo futuro. Si el cerebro “juzga” que sí es significativa la recompensa por recordar el bucle, entonces así sucederá, y se ejecutará automáticamente.

Entonces, con el paso del tiempo este bucle o ciclo: Señal-Rutina-Recompensa, Señal-Rutina-Recompensa, Señal-Rutina-Recompensa… se torna cada vez más y más automático; y es así que la señal y la recompensa se entrelazan hasta que surge una muy potente sensación de ansia y de deseo. De esta manera, con el paso del tiempo se crea un hábito.

Finalmente, cuando surge un hábito el cerebro deja de participar parcialmente en la toma de decisiones. Es decir, se relaja, se distrae o se ocupa de otras tareas. De lo anterior podemos concluir que a menos que se modifiquen deliberadamente los hábitos ya creados, estableciendo nuevas rutinas, el patrón de respuesta se desarrollará de manera automática. Con esto, debemos entender que, si usted logra desarmar parte por parte un hábito, podrá reacomodar sus engranajes de una manera nueva y favorable para modificar uno o varios hábitos en la actualidad.

Debemos entender que, en realidad, los hábitos ya establecidos no desaparecen del todo. Se quedan codificados en las estructuras del cerebro, lo cual es una enorme ventaja, porque sería complejo que tuviéramos que aprender a conducir nuestros vehículos cada ocasión que hubiera que utilizarlos.

El problema serio es que el cerebro no sabe distinguir entre hábitos positivos y hábitos negativos; así que, si una persona tiene hábitos perniciosos, siempre estarán al acecho, esperando ávidamente las señales y las recompensas adecuadas.

Por esta razón es tan difícil, por ejemplo, adoptar el hábito del ejercicio diario o de comer saludable y sanamente; sin embargo, si se decide aprender a crear nuevas rutinas que involucren los cambios necesarios para cambiar esos comportamientos inicialmente nocivos (llevar una vida sedentaria y comer alimentos chatarra), podrá hacerse; y de esta manera se crearán esas rutinas que cambiarán los hábitos por unos realmente sanos. Y lo mismo aplica en otras áreas o ámbitos de la vida.

Si no existieran los bucles de los hábitos, el cerebro literalmente “se apagaría” al sentirse brutalmente abrumado por las minucias de la cotidianidad. Ahora, no obstante que el cerebro depende de ciertas rutinas automáticas para su funcionamiento, también puede ser peligroso, ya que, como se explicó antes, los hábitos no solamente son una gran ventaja cuando son positivos, creativos y proactivos, sino que también pueden ser altamente peligrosos cuando nos llevan a rutinas nocivas.

Por esta razón, ahora que ya conoce usted cómo funciona un hábito en un ciclo de tres pasos, es altamente recomendable que juzgue sus acciones conscientes e inconscientes, para que aquellas acciones que no le son de utilidad, comience a cambiarlas para mejor.

De antemano, sabemos que es difícil cambiar un hábito una vez que se ha posesionado en nuestro cerebro, pero modificando positivamente la rutina podemos desencadenar un nuevo resultado favorable.

Para finalizar esta aportación semanal, es importante recalcar que, así como funciona el ciclo o bucle de creación de hábitos en lo personal, el formato es totalmente aplicable en otros ámbitos, como son lo familiar, lo laboral y lo social.

Si usted desea desarrollar entornos óptimos en su casa, en su oficina y en su vecindario, deberá comenzar por cambiar las rutinas para que, al detonarse la señal, las acciones a ejecutar lleven a una recompensa aceptada por las personas involucradas en ejecutar las rutinas.

Ahora que conoce cómo se forman y funcionan los hábitos, es su responsabilidad, cambiarlos para mejorar sus resultados en el corto, mediano y largo plazos. Le deseo mucho éxito al respecto. (Continuará…)

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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