El modelo educativo dual alemán: descripción, alcances, ventajas competitivas y su aplicación en las organizaciones mexicanas (parte 1)

“Entre las dificultades se esconde la oportunidad”: Albert Einstein
David Moisés Terán Pérez *
Estimadas(os) lectoras(es) de esta columna invitada. Excelente día y saludos cordiales. Este martes iniciaremos una nueva saga: analizaremos el modelo educativo dual alemán. Es importante conocer por qué Alemania es el país más desarrollado del mundo; así como la economía más sólida en Europa, para establecer cómo México puede lograr ese éxito en el mediano y en el largo plazo. En esta primera entrega, aprenderemos sobre la descripción y los alcances de este modelo educativo, e igualmente daremos algunos datos de la triste realidad educativa mexicana. Comenzamos.
De acuerdo a cifras establecidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2020) en México, de 100 estudiantes que ingresan a la educación básica, solamente entre 13 y 15 llegan a la educación superior; de esa cantidad, sólo 3 concluyen sus estudios superiores, y nada más, uno se titula.
Esto significa que el modelo educativo mexicano en lo general, es un absoluto y monumental fracaso. Lamentablemente, esto es histórico; es decir, no se ha generado en pocos años. No, es el resultado de políticas educativas erradas y perversamente “planificadas” para su fracaso a lo largo del tiempo. Sin embargo, no se trata aquí de recitar un catálogo de agravios señalando culpables (que por supuesto los hay); lo que se busca es entender la problemática, para buscar resolverla en la medida de nuestras posibilidades, en el micro-entorno, y así mejorar nuestra actual condición educativa, cultural, laboral, social, económica y financiera.
En otros artículos hemos desarrollado contenidos diversos, pero al final, se correlacionan directamente con lo que nos ocurre en el país. Hemos tratado temas de liderazgo, de finanzas personales, de desarrollo, de tecnologías digitales disruptivas, y de competencias, entre otros. En todos los casos, la palabra clave es la educación. Empero, no puede ni debe ser cualquier educación; debe ser una realmente planeada y relacionada con la realidad objetiva nacional e internacional. Tristemente, la gran mayoría de los planes y programas de estudios en los diversos niveles educativos (básico, medio superior y superior) en México, están obsoletos y desfasados entre 10 y 20 años de lo que ocurre en el entorno laboral real; y eso, como país, nos resta competitividad, creatividad, innovación, claridad y confiabilidad. ¡Tenemos que cambiar!
Ahora, comencemos a conocer el modelo educativo dual alemán, con el objetivo de establecer en qué consiste, cómo se conforma, qué objetivos y qué alcances tiene; para que en la medida de lo posible, desarrollemos un Modelo Educativo Mexicano realmente efectivo y confiable; sin que sea una copia de los modelos exitosos de otros países, ya que el ente biopsicosocial en México, tiene características propias que son altamente rentables, sólo que debemos reconocerlas y detonarlas, para convertirnos en una verdadera potencia mundial.
Analicemos a continuación y en detalle, el modelo educativo dual alemán: las raíces históricas del sistema de formación dual se remontan al medievo. Ya en el siglo XII, se formaron los primeros gremios de artesanos en las ciudades con actividad comercial. Estas instituciones son las antecesoras de las actuales cámaras de comercio e industria. Los gremios, crearon el modelo de formación “aprendiz-oficial-maestro técnico”, y regularon la formación de aprendices y maestros en los diferentes oficios. El reglamento industrial de 1869 introdujo por vez primera una modalidad de obligación de asistencia a una escuela vocacional para trabajadores menores de 18 años. Esas escuelas fueron creadas para entregarles conocimientos básicos de lecto-escritura y de matemáticas básicas a los jóvenes obreros, la mayoría de los cuales tenía un muy bajo nivel educacional. Con el aumento de la industrialización, estos conocimientos se hicieron necesarios sobre todo en la industria, que dependía de los especialistas del artesanado.
En la segunda mitad del siglo XIX, introdujeron las primeras industrias con actividades de formación técnica, y fundaron talleres para aprendices. La Ley de Protección a los Artesanos de 1897, le otorgó un nuevo marco legal al artesanado. Entre otras cosas, se estableció y se reguló legalmente por primera vez, el principio dual de la formación técnica; es decir, un aprendizaje práctico en la empresa, y aprendizaje teórico en las escuelas vocacionales. Adicionalmente, se estableció el requerimiento de contar con el título de Maestro para poder formar aprendices en los diferentes oficios. Con la industrialización, a principios del siglo XX, aumentó el requerimiento de competencias comerciales. Las empresas consideraban que la cualificación del personal comercial formado en las escuelas industriales era insuficiente, e introdujeron los primeros aprendizajes en el área comercial.
El término de “Berufsschule” (escuela vocacional) se acuñó en Prusia en 1923. Con la Ley de Formación Técnica de 1969, se unificaron las distintas regulaciones regionales que existían en ese momento. La ley consideró los intereses del Estado, de los empleadores y de los empleados. Desde aquel entonces, el Ministerio Federal de Educación e Investigación (en ese momento Ministerio Federal de Investigación Científica) asumió a nivel estatal el área de la formación técnica. Al mismo tiempo, la ley previó el involucramiento de los interlocutores sociales en todos los temas de la formación técnica, un principio que sigue vigente hasta el día de hoy.
La figura 1 muestra a detalle, la estructura del modelo educativo dual alemán. Como puede observarse, es una propuesta 20-80 (20% de teoría y 80% de práctica), esto establece que el estudiante asiste a clases teóricas en la escuela, el 20% del tiempo; mientras que a las sesiones prácticas en las organizaciones (empresas, industrias, dependencias, corporativos, instituciones), asisten el 80% del tiempo total de su formación.

Fuente: https://www.unid.edu.mx/modelo-dual/ (consultado en septiembre de 2021)
En el sistema de formación dual se prepara a los egresados de los colegios para la futura vida laboral. La formación técnica dura entre dos y tres años y medio, según el oficio/profesión y la formación escolar previa, y se realiza en forma dual en dos lugares de aprendizaje: la teoría se enseña en las escuelas vocacionales; y la práctica, en las empresas de formación. El aprendiz pasa entre tres a cuatro días por semana en la organización. Se transforma en miembro del personal normal de la organización, y su formador lo instruye en los distintos procesos de trabajo del correspondiente oficio/profesión. Las clases en las escuelas vocacionales complementan la formación en la empresa. Estas se realizan en los así llamados cursos técnicos, en aproximadamente uno o dos días por semana. Los contenidos de aprendizaje teórico están estrechamente coordinados con la formación práctica en la empresa. Una formación en un oficio/profesión llevada a término exitosamente conduce a la obtención de un título-técnico estatalmente verificado, y reconocido en toda Alemania.
Por otro lado, cualquier joven puede realizar una formación dual. Independientemente de si ha terminado o no alguna modalidad escolar, y de cual sea esta, cualquier joven postula a una plaza de formación en una empresa. Las empresas realizan entrevistas de trabajo y escogen ellas mismas a sus aprendices. Los jóvenes más idóneos para aprender una profesión a través de la formación dual, son precisamente aquellos con habilidades más bien prácticas y/o manuales. De hecho, un seis por ciento de los aprendices no cuenta con ninguna modalidad escolar finalizada.
La figura 2 muestra en detalle la manera en la que opera el modelo dual en la práctica. Como puede observarse, la misión educacional conjunta consiste en generar la capacidad para desempeñarse asertiva y efectivamente en el ejercicio de un oficio/profesión, a través de desarrollar en la empresa, las habilidades y las prácticas orientadas hacia la aplicación de los conocimientos teóricos desarrolladas en las sesiones teóricas en la escuela; mientras que, en la escuela vocacional, el estudiante desarrolla competencias técnicas y de cultura general, que pondrá en operación en la empresa. La unión escuela-empresa da como resultado que los participantes tengan los conocimientos técnicos y las competencias de acción necesarios(as) para funcionar aecuadamente en las organizaciones.

Operación del modelo dual en la práctica
Fuente: KAS (2021)
La próxima semana continuaremos con el análisis del modelo educativo dual alemán, con el objetivo de seguir aprendiendo cómo opera, para que posteriormente, pueda integrarse como propuesta de aprendizaje y de crecimiento de las personas que se integran a las organizaciones mexicanas. (Continuará…)
Referencia:
Rindfleisch, Eva y Maennig-Fortmann, Felise. (2015). Formación dual en Alemania. Formar técnicos por medio de la teoría y de la práctica. Berlín: Konrad Adenauer Stiftung. Recuperado de: www.kas.de/sopla/es (consultado en septiembre de 2021).