“Morenos”… de coraje
La candidatura en Pachuca desata los más ampulosos, fervientes, sonoros e interesantes comentarios, pues involucra a personajes no siempre con las mejores cartas de presentación
Pánfilo Pérez
Cosas de la “polaca”, cuánta ocupación por las designaciones de Morena. Nada del otro mundo y no sólo en el partido guinda sino en todos y cada uno de los 11 registrados para la contienda electoral en Hidalgo, los que cuando menos tienen un par de casos en los que se acusa dedazo, selección amañada, preferencia visible, choque de trenes, imposiciones a leguas.
¿Será que en estos tiempos las noticias son tan escasas que hoy no dedicamos a reseñar el lado obscuro de Morena? Tanto que en aras de la democracia se defiende a personajes como los que saltan de partido en partido, o los que del “acérrimo” enemigo tricolor vinieron en busca de las candidaturas que allá no lograron, aquellos que han trabajado en el partido pero nunca han tenido la suerte de ser nominados o los que fueron impuestos por grupos externos, amén de un candidato ciudadano, que ya, se dice, también habría sido recomendado por un paisano en el gabinete del presidente.
Y acaso se deja de lado lo que en otros partidos pasa, como son las alianzas entre contrarios ideológicamente definidos, los que por un lado van solos y por el otro se alían para sumar el 3% requerido de la votación total y no quedar fuera del reparto de prerrogativas, como es la chiquillada.
O de renuncias a una semana de concluidos los registros como el caso de dos aspirantes en el PRI, allá en Tasquillo y Francisco I. Madero, las dos, se dice, cercanas al ex secretario de Gobernación; o la polémica nominación de un ex priista en una alianza entre PAN y PRD.
Cierto es que Morena es el que más da de qué hablar por la intromisión del Grupo Universidad en las designaciones, el método de la tómbola para elegir las planillas, así como de convenios que se vinieron abajo por el choque entre la ex líder partidista nacional y el hoy, aunque temporal, presidente de los morenos.
Y es aquí donde la designación del aspirante a la joya de la corona, la capital Pachuca, parece ser la manzana de la discordia más grande de Morena y otros, y desata los más ampulosos, fervientes, sonoros e interesantes comentarios porque involucra a conocidísimos personajes de la política hidalguense, no siempre con las mejores cartas de presentación, por aquello de la eterna búsqueda del poder, las prerrogativas, los sueldos y lo que a ello se añade.
Tanto les preocupa que hoy hasta se habla que de que el ex secretario del sonorense ex presidente del PRI habría realizado trabajo y su posicionamiento sería mayor, o que el autor de la canción que es ya su carta en cada proceso electoral (aunque con diferente partido siga diciendo “Y aquí estoy”) habría ganado la encuesta con la que se definiría quién estaría representado a Morena.
Lo cierto hoy es que no sólo se ve en ello que sólo habría dos opciones en Pachuca: Pablo Vargas por Morena, bien visto por los militantes y simpatizantes que siempre han sido hechos a un lado y por aquellos que ya están hartos de los partidos y sus candidatos, y Sergio Baños por el PRI, único partido con estructura territorial suficiente, quien podría dar la pelea.
Ello se menciona porque viene de perder dos elecciones en fila y su oponente morenista contará con el respaldo de partidos chiquitos, pero montoneros.
Y en el otro municipio con mayor número de votantes el Grupo Universidad le hizo gran favor al PRI y un daño enorme a Morena, pues se ve que ya Israel Félix tendría sólo enfrente a Luis Baños, quien va por el PAN, mientras que un fundador de los guindas siga haciendo coraje por la decisión de su partido, de ir con la esposa del actual presidente municipal. Y para que suban a tono de morado, el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo (TEEH) ya les dio revés a los inconformes.
Hoy se dice mucho que “el que a hierro mata a hierro muere”, que los morenos están al borde de un ataque, pero todo ello sólo es reflejo del sistema político mexicano, que lejos está ya de responder a los reclamos y las necesidades de los ciudadanos.
Y mientras nos ocupamos de todo esto, olvidamos que estamos en emergencia sanitaria. Esa debería preocuparnos y ocuparnos a todos, sin distingo de partidos. Usemos cubrebocas, para prevenir y para… no hablar de hablar de más.