Cinco tendencias actuales en el comportamiento del consumidor

“La sostenibilidad no es solo una moda; es la única manera de construir un futuro que merezca ser vivido”: Gro Harlem Brundtland, política noruega
🖋 David Terán Garrido
Después de revisar distintos enfoques de hacer marketing, enfoques para la administración, así como estrategias o cambios necesarios para ser relevantes ante el público y estar presentes ante el consumidor, observemos algunas de las tendencias actuales en el comportamiento del consumidor.
Esto debido a cambios y transformaciones empujadas por distintos factores, como los avances tecnológicos, así como situaciones sociales o las dificultades climáticas que atravesamos.
La realidad es que el consumidor no ha cambiado en una manera superficial, sino esto ha permeado profundamente en las prioridades, motivaciones y las expectativas que se tienen tanto en el consumo, per se, como en las mismas compañías en las que deciden invertir tiempo, esfuerzo y obviamente, dinero. Veamos algunas de las tendencias más relevantes, con la idea de mantenerlas presentes y apoyarnos de ellas para generar mejores narrativas, esfuerzos enfocados y crecimiento sostenible.
1. CONSUMO CONSCIENTE Y SOSTENIBLE
Una de las tendencias más marcadas y derivadas de la situación actual del planeta, es que los mismos consumidores son cada vez más conscientes de las implicaciones que su consumo tiene en el medioambiente. Lo anterior quiere decir que, la prioridad para este sector de los consumidores; destacando que es una proporción cada vez mayor del público, en la que no se prioriza la balanza de precio-calidad. Por el contrario, este tipo de consumidores apoyan fuertemente las propuestas sostenibles. Lo cual quiere decir, adquirir productos provenientes de empresas comprometidas con el reciclaje, evitar desperdicios excesivos en plásticos, químicos, contaminación desmedida, así como pocos planes para mitigar su impacto medioambiental.
Existen movimientos específicos y, los cuales son apoyados por sectores conscientes sobre el consumo, como el zero waste o slow fashion, en donde se premian productos, como lo es la moda, con un ciclo de vida mayor al fast fashion. Es decir, estos consumidores prefieren prendas duraderas y de alta calidad que puedan vestir incluso por años, contra la mentalidad del fast fashion en donde la gran mayoría de artículos tienen una vida útil extremadamente corta.
Una idea interesante para implementar como organización, será contar con programas de reciclaje o, ser una opción de producción local, pues son elementos atractivos para consumidores conscientes y enfocados en la sustentabilidad. Un atractivo de estos sectores, además de ser la justificación necesaria para optar por estos modelos, será el ser un grupo específico muy dispuesto a pagar precios más altos que el resto, con tal de adquirir productos coherentes con sus valores y filosofía de vida.
Esta tendencia es un fenómeno global, el cual se presenta en distintas generaciones (obviamente jóvenes), pero quienes tienen ahora la capacidad y decisión de compra. Es necesario ser transparentes y comprometidos verdaderamente con filosofías de negocios acordes y resonantes con este tipo de públicos, pues no será una moda meramente, es una realidad tangible a nivel mundial, la necesidad de empresas comprometidas con la sustentabilidad y consciencia empresarial.
2. PERSONALIZACIÓN Y EMPODERAMIENTO DEL USUARIO
En este aspecto, es una constante a lo largo de esta serie de entregas y es que el consumidor moderno, no es un mero espectador que solo se sienta a escuchar nuestras opciones como organizaciones; por el contrario, busca tener un rol activo en donde haya una personalización, comunicación y control en las opciones para satisfacer sus necesidades, así como la misma publicidad que se les presenta. Lo anterior, desde seleccionar e incluso pagar un extra por evitar anuncios. Por lo cual, es imperativo como organización brindarles este eje central, pues la atención y espacios disponibles para captar a los consumidores son mucho más específicos, cortos, así como difíciles de encontrar.
Contamos con cientos de herramientas y opciones en las distintas plataformas en dónde exponemos nuestros mensajes al público y las cuales (prácticamente en su totalidad), cuentan con herramientas de métricas, con las cuales podemos conocer en profundidad las necesidades, intereses, hábitos e inclusive, las preferencias de nuestro público. Cuando las enfocamos en sectores específicos, podemos llegar a conocer de manera “integral” (obviamente con varios limitantes, pues faltaría ver sus hábitos de compra final, es decir, lo que realmente terminan comprando y cómo lo utilizan en el hogar), a nuestros consumidores, pudiendo crear experiencias únicas en el embudo de compra.
Ahora bien, el reto como organización, es que el consumidor quiere ser también partícipe en su experiencia, pudiendo escoger métodos de pago, canales de compra y entrega, método de atención al cliente, hasta poder personalizar sus productos, con la idea de tener cosas totalmente propias y distintas del resto.
Obviamente, derivado de toda esta personalización, así como participación dentro del diseño en su propia experiencia, las expectativas que tiene el consumidor son muy altas. Estos sectores valoran altamente su tiempo, por lo cual se exige eficiencia, facilidades de navegación, interacción rápida en el momento necesario. Seguido de ello, contar con una protección de datos personales sumamente alta, en dónde no se expongan, vendan o intercambien; pues cuando marcas con las que no ha interactuado o no desea publicidad, llegan por haber sido una moneda de cambio o parte de las negociaciones con una que sí, el consumidor pierde la confianza y deseos de regresar con la primera marca. En resumen, la UX (experiencia de usuario), es la clave para desarrollar un empoderamiento atractivo para el consumidor.
3. PRIORIDAD EN EL BIENESTAR INTEGRAL
Cuando hablamos de centrarse en el consumidor, se observa claramente una tendencia de los individuos por su bienestar personal. Dicho de otro modo, el consumidor no busca comprar solo por satisfacer una necesidad, sino opta por opciones que aporten un extra en su salud; ya sea física, emocional y/o mental.
Es tangible el crecimiento que se nota en los productos con etiqueta de saludables, así como alimentos orgánicos o aparatos que estimulen las funciones corporales, como los músculos. Del mismo modo, es notorio el crecimiento en la importancia que tiene para los consumidores la salud mental, por lo cual la popularización de temas como el fitness personalizado o el mindfulness, en donde la relajación, estimulación o espacios para el descanso de todo lo digital es un enorme foco de atención para las personas.
Esta tendencia ha llegado a tal punto en su relevancia para los individuos, que ha permeado en los entornos laborales; en donde se buscan diseños de espacios que promuevan, estimulen y den opciones suficientes para generar un equilibrio en la vida personal y profesional. Por lo anterior, si este foco por parte de los consumidores se encuentra en el ámbito profesional, es claro que también será una necesidad imperativa para los productos o servicios adquiridos.
Al hablar de consumo, este perdió aquel vestigio que se mantenía de ser un acto en “piloto automático” y en dónde solo se trataba de una experiencia transaccional, pues ha evolucionado a ser una manifestación, hasta una presentación de intenciones sobre la identidad, valores y aspiraciones de las personas; por lo que, no son relaciones intrascendentes por las cuales se adquieren productos o servicios disponibles y al mejor precio; son una parte de las personas, espacios para demostrar quiénes son en su máxima expresión. Así es que, toda esta personalización es una declaración de los consumidores, para expresar su ética, emociones y el uso de la tecnología que tienen.
En la misma manera que los consumidores, como personas pretenden generar relaciones con otros individuos, (guardando las distancias), serán sus expectativas con las organizaciones en dónde adquirirán productos. Quieren roles participativos, demostraciones de filosofías coherentes con las propias e intenciones de mejorar constantemente; de ser escuchados como no lo han sido anteriormente.
“No puedes pasar un solo día sin tener un impacto en el mundo. Lo que haces marca la diferencia, y tú decides qué tipo de diferencia quieres hacer”: Jane Goodall, etóloga británica
Referencias:
Kotler, P., Keller, K. L. (2016). Marketing Management. Pearson Education. Estados Unidos. Quinceava edición.
Solomon, M. (2022). Consumer Behavior: Buying, Having, and Being. Pearson Education. Estados Unidos. Treceava edición.
Deloitte. (2023). Global Consumer Trends Report 2023. Recuperado de: https://www.deloitte.com