Columna invitadaSociedad

El descanso, tan necesario

En México se ve el descanso como un lujo, cuando deberían ser inversiones primordiales para nuestro bienestar a largo plazo


🖋 Verónica Bracho Alburquerque *

Al iniciar las vacaciones de Semana Santa, que mucha gente aprovecha para pasear con la familia, visitar amistades y romper con la rutina diaria -aunque estas fechas son cristianas para honrar la muerte de Jesús-, muchas ocasiones caemos en la saturación y regresamos a la vida diaria más cansados que cuando salimos de vacaciones, pues encontramos lugares repletos, costos muy elevados, carreteras y aeropuertos saturados, y finalmente fue más estrés que descanso. Entonces ¿por qué no invertir esos días en un verdadero descanso?

Al elegir la palabra descanso, se me viene a la mente la película con ese título en el que dos mujeres intercambian sus hogares para dar un descanso a sus vidas; y quizá no como en la película, pero sí podemos darnos un respiro y alejarnos de la monotonía, la cual muchas veces no es tan agradable por las demandas laborales y familiares en la que nos encontramos, pero si nos lo proponemos podemos acercarnos a ese tesoro aprovechando estos tiempos de vacaciones.

El otorgarnos un espacio libre tiene un impacto positivo en nuestra salud física y emocional, y desgraciadamente darnos un descanso en la sociedad actual es considerado algo negativo o desperdiciado, cuando es un pilar del bienestar que todos buscamos.

El descanso no sólo es ausentarnos de nuestras actividades, es también una oportunidad para que nuestro cuerpo y nuestra mente se regeneren y se fortalezcan; por ello, cuando el cuerpo enferma, lo primero que recomienda el médico es tener un descanso de varios días, pues el cuerpo lo pide por las siguientes razones:

Fisiológicamente: Se fortalece el sistema inmunológico, hay un mejor control del peso, se recargan energías y se tiene una mejor claridad mental. Se unen a esto la creatividad y la motivación, pues se tiene el espacio para tener una variación en las actividades diarias, explorar una nueva afición e incluso leer algún libro que nos experimente sensaciones diferentes.

Emocionalmente: Romper la rutina desliga del aburrimiento y de la insatisfacción; nos ofrece una sensación de aventura en la vida cotidiana, lo que revitaliza las relaciones familiares y de amigos, e incorpora un elemento muy importante como personas: fomenta la adaptabilidad, la cual es crucial para sentirnos bien en diferentes entornos aun con ciertos cambios sociales.

Desafortunadamente, en nuestro país, en el ámbito laboral las condiciones de descanso son casi imposibles, ya que a nivel mundial México es un país con salarios sumamente bajos y en donde se está más horas en el trabajo.

Y repito, se está físicamente, porque no es por productividad, sino por una cuestión de tributo a la persona que está en el poder (el jefe), en la cual se produce una ridícula dinámica de “amo y esclavo” en versión moderna, pues el esclavo es mal pagado y estafado en su valioso tiempo, y el jefe se ve como el bondadoso por otorgarle el trabajo sin respetar las mínimas condiciones de la ley laboral.

Mientras que los europeos sí otorgan su estancia laboral a la productividad, no sólo a lo presencial, respetándose los horarios de trabajo, con un sueldo decoroso y con vacaciones de un mes completo.

En México se ve el descanso como un lujo, cuando deberían ser inversiones primordiales para nuestro bienestar a largo plazo. Así, aunque sean unos cuantos días, y para los privilegiados más tiempo, démonos el apapacho de descansar, de abrazar este relax y de descubrir el renovado sentido de la libertad y la alegría de vivir.

¡Diviértanse y hasta la próxima!

* Socióloga y doctora en investigación educativa

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