Estrategias para ser un mejor líder en la vida diaria y profesional
“La habilidad de establecer una buena comunicación con la gente es una cualidad esencial del líder exitoso”: John Maxwell. Escritor, entrenador y conferencista estadounidense
David Terán Garrido *
Una vez que hemos hablado de estrategias, tácticas, técnicas y elementos clave dentro de las organizaciones, incluso llegando a la parte de tener bien en mente el impacto del liderazgo dentro de las organizaciones, así como su capacidad para alcanzar las metas y objetivos establecidos, tocará sumarnos a dicha conversación entendiendo ese impacto como líderes.
Es por ello que en esta ocasión se tomarán algunas ideas para implementar en liderazgo en distintos elementos de la vida diaria y profesional; es decir, cómo extrapolar a distintos ámbitos.
Todo lo anterior quiere decir que no es una habilidad meramente para las posiciones de poder o autoridad dentro de las organizaciones; es una habilidad para desarrollar y aplicar en distintos niveles, puntos y momentos de la vida diaria, así como profesional. Para ello, se tomarán tres temas clave para implementarse, con la idea de ayudar a cualquier persona en el camino de ser un mejor líder, los cuales serán: inteligencia emocional, comunicación efectiva y el desarrollo continuo.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Es una de las cualidades cruciales y destacadas en las últimas tendencias en el liderazgo. Esto consiste en tener la capacidad de reconocer, así como poder comprender y gestionar tanto nuestras propias emociones, como hacer lo mismo con las de los demás. Entre más alta sea la inteligencia emocional que se tenga, es posible construir relaciones verdaderamente sólidas, lo cual fomentará un entorno de trabajo altamente positivo, así como tener la capacidad de manejar los conflictos desde una visión positiva y constructiva.
Ahora bien, para poder desarrollar este tipo de inteligencia es importante la práctica en dos elementos clave: autorreflexión y autoconocimiento, con lo cual lograremos identificar nuestras propias emociones, así como entender de qué manera impactan con nuestro comportamiento y cómo lograr gestionarlas de manera efectiva.
Del mismo modo, al lograr esta perspectiva en donde se identifican y gestionan las emociones, el resultado será en la habilidad de empatía, así como el reconocimiento de las emociones de las demás personas, ayudando a responder de una manera apropiada y con ello establecer conexiones más profundas.
En resumidas cuentas, cuando podemos comprender nuestras propias emociones, también lo haremos con el resto de personas a nuestro alrededor. Con ello, es posible saber las necesidades del equipo en materia de bienestar integrar; dicho de otro modo, cómo debemos responder, interactuar o actuar según la persona frente a nosotros, lo cual generará resultados positivos en la química del grupo e individualmente llegando a sacar lo mejor de cada persona y con ello acercándonos cada vez más a los objetivos de la organización.
COMUNICACIÓN EFECTIVA
Una vez que podemos identificar nuestras emociones, así como ser empáticos con las de las personas, hacer llegar el mensaje de la mejor manera posible es fundamental para el éxito como personas y líderes, de ahí la importancia de la comunicación efectiva. Entendamos que no es solo transmitir información. Al igual que la inteligencia emocional, es un camino de dos vías, por lo que es imperativo escuchar activamente, expresar ideas claras y adaptar nuestro estilo de comunicación según las distintas audiencias posibles. Un líder que domina y es capaz de ser un comunicador altamente efectivo, puede inspirar, así como motivar a los equipos y fomentar una colaboración completa. Garantizar que los equipos estén alineados con los objetivos generales de la organización logrará que éstos, se cumplan porque cada individuo sabe lo que se espera de ellos y del grupo.
Como “ejercicios” o, para lograr la práctica y mejorar la comunicación, es útil partir desde la escucha activa. Esto implica el prestar atención total a una persona, enfocarse en la plática que se está teniendo con quien está frente a nosotros, lo cual implica responder desde un lugar de reflexión y genuino interés. Asimismo, habría que se claro y conciso en cómo se expresan las ideas, así como utilizar un lenguaje corporal concordante y que refuerce el mensaje verbal que se está dando.
Siguiendo con lo anterior, es importante comprender que la comunicación efectiva no es una fórmula general; es decir, que requiere de adaptabilidad y comprender las situaciones, las audiencias y las condiciones que se tienen. Según la sensibilidad, datos o circunstancias del momento, moldearnos a las necesidades de nuestro público dará un salto de calidad en el mismo mensaje, así como el impacto que este tendrá para la audiencia y la respuesta obtenida.
DESARROLLO CONTINUO
En un camino natural dado por los puntos anteriores, es necesario tener un compromiso con el aprendizaje y desarrollo continuo, una característica claramente distintiva de los grandes líderes, los cuales suelen aceptar que invierten activamente su tiempo en leer, así como unirse o buscar grupos, diplomados, estudios, etcétera, con el fin de aprender más habilidades técnicas o blandas para mejorar su liderazgo.
Así como el resto de condiciones necesarias dentro y fuera del mundo profesional, el ser conscientes del desarrollo continuo y su impacto en lo que podemos lograr toma más relevancia cuando queremos cuantificar o desglosar aquello que convierte a personas en líderes.
Es por ello la necesidad de ser abierto a las nuevas ideas, pero también buscar de manera activa las oportunidades de crecimiento y también pensar en la adaptabilidad de lo aprendido para aplicar los cambios en todo nuestro entorno. Invertir en nuestro propio desarrollo puede innovar, pero al mismo tiempo enfrentar los desafíos con mayor confianza y tener la oportunidad de ser un ejemplo tangible para los que nos rodean.
Con la idea de fomentar este desarrollo continuo, es necesario definir metas claras para nuestro aprendizaje y descomponerlo en vertientes (personal y profesional), buscar de manera activa retroalimentación y estar dispuesto a enfrentar los límites de nuestra zona de confort, con todo lo que ello pueda implicar. Inscribirnos en cursos, seminarios y/o talleres, así como leer distintos libros o artículos relevantes que nos haga crecer o fortalecer áreas de oportunidad.
Todo lo anterior será para enriquecer nuestro conocimiento, al mismo tiempo que se “ejercitan” nuestras habilidades blandas. Finalmente, desarrollar destrezas como la creatividad o la resiliencia, también generará un impacto positivo en el cómo enfrentamos nuestros desafíos no solo profesionales, sino también personales.
Es sabio aceptar la complejidad y el dinamismo de los entornos actuales, es por ello que el ser un líder efectivo, dejar de limitarse a ser una persona que tiene una posición de autoridad o puede tomar decisiones. Lo anterior se complementa con una combinación de distintas habilidades, como son las interpersonales, comunicativas, y también en el autodesarrollo, lo cual se pone de manifiesto tanto en la vida diaria como en el mundo profesional.
Contar con inteligencia emocional alta nos permite como líderes el conectar profundamente con los equipos, crear un ambiento de trabajo el cual se base en la empatía, así como en la compresión mutua y el crecimiento de ambas partes. Del mismo modo, con una comunicación efectiva facilitaremos la manera en que compartimos y trasmitimos ideas, pero al mismo tiempo el alinear a los equipos en los objetivos por cumplir; a su vez fortalecer la confianza de las personas en nosotros. Para cerrar, tener una mentalidad de desarrollo continuo asegura el ser líderes que nos mantengamos relevantes, adaptables y también preparados para los posibles y constantes desafíos que puedan presentar.
Ahora bien, al implementar estos elementos siendo conscientes de ello, nos transforma en líderes más competentes, de la misma manera que genera un impacto favorable al resto de nuestros entornos.
Tener las distintas habilidades que aquí se listaron terminará por generar una tendencia de “seguir” al líder y su ejemplo. Esto fomentará una cultura y entorno de mejora continua para establecer desde su base la innovación y la sostenibilidad del éxito de nuestros proyectos/equipos.
Finalmente, el líder que trasciende el hecho directo de gestionar las distintas tareas de un supervisor de personas, optará por fomentar relaciones genuinas. Propongamos canales de comunicación claros, propicios y seguros para comprometerse con el bienestar del equipo e individuos. Generemos cambios sostenibles y que creen un legado. Es esto lo que hará sobrevivir y crecer cualquier actividad con éxito.
“Los líderes excepcionales saben que el desarrollo de sus equipos es su mejor inversión”: Tony Robbins. Empresario y conferencista estadounidense
Referencias:
Alva, S. (2023). Lo que un líder no debe delegar. Nirvana Libros. México. Primera edición.
Bradberry, T., Greaves, J. (2009). Inteligencia emocional 2.0. Talentsmart. Estados Unidos. Primera edición
Dweck, C. (2007). Mindset: The new Psychology of Success. Ballantine Books. Estados Unidos. Primera edición
Urch, V. (2001). Building the Emotional Intelligence of Groups. Harvard Business Review. Estados Unidos. Recuperado de: https://hbr.org/2001/03/building-the-emotional-intelligence-of-groups