Futbol femenil en Pachuca, un recuerdo olvidado

• En un partido histórico, el 13 de septiembre de 1970 un equipo conformado por jovencitas que cursaban la preparatoria jugó contra el América en el estadio Revolución Mexicana
🖋 Raúl Alburquerque Fragoso
Hace poco más de dos semanas el Club Pachuca Femenil logró obtener el primer campeonato de la Liga MX de su historia e indudablemente la alegría que dio a su afición fue muy grande y se pudo demostrar con el desfile de campeonas que realizaron por las principales calles de la ciudad, además de haber sido recibidas por el gobernador Julio Menchaca Salazar, de quien recibieron un amplio reconocimiento a nombre de la afición hidalguense.
Culminó así una historia que, pocos lo saben, incluso es posible que los mismos directivos del club no lo tengan en la memoria debido a que fue un proyecto que desgraciadamente duró muy poco, pues por aquellos años era casi impensable que las mujeres pudieran jugar futbol, la sociedad en general no estaba preparada para muchas actividades que entonces se tenían reservadas casi en su totalidad para los hombres.
Entre agosto y septiembre de 1971 se desarrolló en México el Segundo Campeonato Mundial de Futbol Femenil, que contra todos los pronósticos fue un gran éxito, pues la selección de México termino siendo subcampeona al perder la final con Dinamarca, que en aquel entonces era una de las máximas potencias del futbol femenil en el mundo.
Pero cómo olvidar aquel 5 de septiembre de 1971, con un estadio Azteca a su máxima capacidad, con un público entregado a sus más recientes ídolas: la “Pelé” Vargas, la “Peque” Rubio, Coronado y muchas extraordinarias jugadoras más que dejaron un precedente de lo que sería en nuestros tiempos el futbol femenil, que, sin embargo, por cuestiones culturales y sociales no pudo en esa época consolidar un proyecto duradero hasta muchos años después, ya en pleno siglo XXI.
Pero regresemos a Pachuca. Unos meses antes de que se efectuara en México el campeonato mundial femenil, y a pocas semanas de haber terminado el mundial varonil con el triunfo de la selección de Brasil, en nuestra ciudad se llevaba a cabo un hecho muy importante dentro de la historia del futbol femenil.
Héctor Zárate Durón, quien había sido jugador del equipo Pachuca y años después incluso directivo del club y a su vez catedrático en la preparatoria número 1 de la UAEH, tomó como iniciativa la formación de un equipo de futbol femenil, cuestión inédita por aquellos años en nuestra ciudad.
Invitó a un puñado de jovencitas que cursaban la preparatoria, entre quienes se encontraban Marisela Licona López, Laura Elena Caballero, Martha y Bertha, quienes pusieron manos a la obra y comenzaron entrenando en la Prepa 1 para conformar el primer equipo femenil del club Pachuca.

Su primer e histórico encuentro fue contra un equipo del barrio de Tepito de la Ciudad de México, al que pese a tratarse de un equipo con mayor experiencia se le ganó 3-0 y ante todos los pronósticos la victoria se quedó en casa.
Esto indudablemente fue un impulso para que el equipo se diera cuenta de su capacidad y se prepararan con mayor ahínco en medio de las dificultades que se tenían. Vino entonces el primer encuentro contra el América femenil, un equipo que ya tenía mucho más tiempo de preparación y que inició de esa manera con una rivalidad que con el tiempo se fue acrecentando hasta llegar a nuestros días con la victoria del Pachuca para conquistar su primer campeonato.
Este encuentro se celebró el 13 de septiembre de 1970 en el estadio Revolución Mexicana a las 10 de la mañana, como preliminar al encuentro Pachuca vs Toluca varonil, y concluyó con un marcador de 9-0 a favor del equipo americanista, base de la selección nacional en ese momento, ante una muy buena entrada de quienes fueron testigos de ese partido histórico.
Fue el primer juego contra un equipo femenil filial de un equipo de primera división y tuve la fortuna de presenciarlo siendo muy pequeño.
Ahora, a 55 años de distancia pudo saborearse un agradable desquite aun cuando ya anteriormente se habían llevado a cabo muchos encuentros con resultados divididos para ambas partes.
Sin lugar a dudas, aquella iniciativa casi desconocida de Héctor Zarate y un puñado de jovencitas debe tener un lugar importante dentro de la historia del futbol femenil local, al ser ese equipo el primero que llevó la representación de nuestras queridas tuzas, que hoy en día son el mejor equipo de México.