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La importancia de hacer un testamento: un recordatorio especial en este mes de septiembre

Es una de las acciones más importantes que podemos tomar para garantizar que nuestras voluntades sean respetadas y nuestros seres queridos estén protegidos


🖋 Verónica Bracho Alburquerque *

Hola, queridos lectores. En este mes tan agradable que es el de septiembre, aparte de ser de celebraciones patrias y de reflexión sobre nuestra identidad nacional, también es importante porque se ha destinado en México para concientizar a la gente para realizar su testamento.

Hacer un testamento es una de las acciones más importantes que podemos tomar para garantizar que nuestras voluntades sean respetadas y nuestros seres queridos estén protegidos.

Desafortunadamente en nuestro país y en nuestras costumbres podemos hablar claramente de la muerte en festejos, calaveritas, canciones, chistes, pero de manera personal, dentro del seno familiar, es un tema tabú hablar de nuestra propia muerte y peor aún si está relacionado con el dinero.

En las casas es casi un pecado hablar de dinero, es algo que se esconde y se toma de manera muy personal. Las familias evitan el tema, incluso se disgustan y hasta llegan a fingir enojo y después con el tiempo, ante una muerte, es clásico encontrarnos con esas familias ya desintegradas porque la persona que murió no dejó nada establecido y porque nunca lo hablaron y no faltó el más astuto y amoral se quedó con todo.

No hace mucho, hace algunas décadas, las mujeres no tenían derecho al testamento, las dejaban desprotegidas porque “el marido” era el único obligado a mantener a la mujer y los hijos varones eran quienes se repartían todo.

Pero iniciemos el tema con contestar qué es un testamento y el diccionario nos dice que “es un documento legal en el cual una persona (testador) expresa cómo desea que se distribuyan sus bienes, derechos y obligaciones después de su fallecimiento”.

Existen diferentes tipos de testamentos en México, cada uno con requisitos y formalidades específicas. Los más comunes son:

Testamento público abierto: es el más utilizado y se realiza ante un notario público. El testador declara su voluntad de manera clara y el notario se encarga de redactar el testamento, asegurando su legalidad y validez.

Testamento público cerrado: en este tipo de testamento, el testador escribe su voluntad en un documento cerrado y lo presenta ante el notario, quien certifica la identidad del testador y la fecha, sin conocer el contenido del testamento.

Testamento ológrafo: escrito de puño y letra por el testador, sin necesidad de notario. Debe estar firmado y fechado, y será válido siempre y cuando se cumpla con ciertos requisitos formales establecidos por la ley, entre los que se encuentra que el documento debe ser entregado en el Archivo General de Notarias para su efectividad.

Testamento militar: especialmente para miembros de las fuerzas armadas, realizado en circunstancias específicas relacionadas con su servicio.

Realizar nuestro testamento tiene muchísimas ventajas, pues nos proporciona la tranquilidad de que nuestros bienes quedarán en manos de nuestros seres queridos, va a evitar las discordias y las clásicas peleas de por vida entre los hermanos y familiares; se anulan los actos de robo y abuso que por lo general hace algún familiar sin escrúpulos -recordemos que siempre hay uno en la familia-, y el más importante, dejamos amparados a las personas que más queremos.

Así que en este mes le recomiendo que se dé una vuelta a las notarías de su ciudad para recibir la orientación profesional y aprovechar que es en este mes de septiembre cuando se realizan las promociones y descuentos para hacer el testamento y ahorrarse una buena cantidad de dinero.

Ahora, ¿cómo hacer un testamento en México? A continuación, damos los pasos:

Consultar a un notario: el primer paso es consultar a un notario público, quien le orientará sobre el tipo de testamento que mejor se adapte a sus necesidades.

Redactar sus deseos: decida cómo deseas que se distribuyan sus bienes y derechos. Considere incluir instrucciones claras sobre el cuidado de sus dependientes, si los hubiera.

Firme y formalice: el testamento debe ser firmado y, en el caso del testamento público abierto, presentado ante el notario para su formalización.

Guarde el documento: una vez hecho el testamento, asegurarse de que esté en un lugar seguro y que sus familiares más cercanos sepan dónde encontrarlo.

No eche en un saco roto estos consejos, en verdad, son importantes y hay que tomarlos con seriedad y consideración. Muchos son los casos de injusticias por no redactar un papel ante un notario. Demostremos nuestro amor a los nuestros con legalidad.

Y ahora, a disfrutar de los ricos buñuelos, el pozole, las morelianas y demás en estas fiestas patrióticas. Hasta la próxima…

* Socióloga y doctora en investigación educativa

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