Columna invitada

Un ídolo “muerto” por la gracia de un señor presidente

Con gusto y admiración para mis queridos vecinos Rosy y Alex Canales, quienes me propusieron escribir este artículo


🖋 Verónica Bracho Alburquerque *

Septiembre se caracteriza por sus lluvias, por sus sismos, por la conmemoración de la Independencia del país, por la comida tradicional mexicana y también por su música ranchera, especialmente por sus cantantes vernáculos: Jorge Negrete, José Alfredo Jiménez, Javier Solís, Lucha Villa, Lola Beltrán y Pedro Infante, cuya muerte todavía no queda esclarecida.

Hay decenas de videos en Youtube en la que narran la gran farsa de la muerte de Pedro Infante, en donde se comenta que Pedro Infante nunca se subió a la avioneta en Mérida, Yucatán, ya que fue secuestrado por dos hombres momentos antes de intentar arribar a la avioneta, e hicieron creer a todo México que había muerto quemado el día 15 de abril de 1957, a la edad de 39 años.

Presuntamente a partir de ese secuestro tuvo una vida terrible, lo escondieron en la cárcel de Lecumberri, en las Islas Marías, en La Castañeda en Michoacán, en una prisión militar en Sonora. Lo mantenían drogado para que perdiera la memoria, le rompieron las costillas, le daban toques eléctricos, la orden fue que sufriera toda la vida.

Así duró 26 años, encerrado de 1957 hasta 1983, hasta que lo “perdonaron” y para soltarlo le dieron otra identidad. Así nació Antonio Pedro en la sierra de Oaxaca, donde fueron a arrojarlo, y ahí estuvo recorriendo como vagabundo las calles, la ciudad, hasta que se encontró con una señora que había sido extra del cine y lo reconoció, y se lo llevó a su casa.

Con el tiempo, se presentó con mucho temor nuevamente a cantar -ya muy deteriorado por la vida que le dieron y por su edad, encorvado, un poco desafinado, pero con su magnífica voz- en palenques, en restaurantes e incluso llegó a presentarse en TV Azteca, cubriéndose con lentes oscuros y su sombrero.

Todos quedaban asombrados por el parecido que tenía con Pedro Infante; sus gestos, sus movimientos y su voz eran idénticos a l cantante más querido de México. En las entrevistas nunca dijo quién era, por el temor de que él o su familia fueran objeto de otra infamia, pero ni siendo reservado se salvó. Él murió ya con signos de demencia en el año 2013, a los 95 años.

¿Por qué le sucedió esto? Pedro Infante, empezó a relacionarse con Christiane Martel, la novia del hijo del ex presidente Miguel Alemán, quien incluso se embarazó de Infante y tuvo que perder a la hija para casarse con Miguel Alemán. Y este tipo, el señor presidente, fue quien habría mandado secuestrar al ídolo de México.

Cuando reapareció como Antonio Pedro, el propio hijo de Pedro Infante (Cruz Infante), cuando se enteró de lo sucedido llegó a declarar la verdad en el programa Hoy Mismo, donde era el titular Memo Ochoa, un programa matutino muy famoso de aquella época, y por esa declaración lo mataron junto con su esposa en el estado de Veracruz, dejando huérfano a César Augusto Infante, de tan solo 10 años.

Así también asesinaron al otro hijo y al nieto de Pedro Infante. Así que casi acaban con la dinastía Infante, sobreviviendo César Augusto Infante, que también ha sido amenazado y ha tenido dos intentos de homicidio.

Él es precisamente quien dio la entrevista en un programa de Youtube, con todo detalle de todo lo que vivió su abuelo. César Augusto Infante convivió a escondidas con su abuelo desde 1999 hasta el día de su muerte, ya con signos de demencia en el año 2013 a los 95 años, en la ciudad de Delicias, Chihuahua.

Este horrible caso es un claro ejemplo de todo lo que era permitido en México, de hombres en el poder que eran tratados como hijos directos de Dios, y que todos sus antojos, desplantes y ocurrencias, así fueran de lo más irracional, eran cumplidos para la gente en el poder, para sus familias y “cuates”.

Hay algunos libros que narran los desplantes de varios presidentes con sus respectivas esposas y también hay testigos de todo el despilfarro descomunal de dinero de todos los que han ocupado la silla presidencial, hasta hace seis años.

Es muy triste ver cómo acabaron con la vida de un hombre con mucha simpatía y con una voz privilegiada, cuyo “pecado” fue ser perseguido por las mujeres, y dejarse querer.

El caso de Pedro Infante parece que no es único, pues se menciona que la muerte de Javier Solís fue ordenada por Gustavo Díaz Ordaz a causa de una mujer apodada “La Tigresa”; así como el odio irracional de Carlos Salinas de Gortari hacia Luis Miguel por Adela Noriega, otra artista que, comentan, fue obligada andar con ese tipo.

Hoy con las redes sociales es más complicado engañar a la gente; esto también demuestra lo oscuro y lo perverso que llega a ser el comportamiento humano.

Nos quedamos con un sabor amargo de boca, pero Pedro Infante ya se encuentra descansando y nosotros ya estamos preparados para un delicioso pan de muerto sabor guayaba y un rico chocolate Ibarra en el mes de noviembre que se aproxima.

¡Hasta pronto!

* Socióloga y doctora en investigación educativa

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