Columna invitadaSociedad

Y tú, ¿qué tipo de lector eres?

A la memoria de un hombre íntegro que leía como poseso y por ello tenía un vasto dominio de la lengua española y del arte de la política: Tomás Mojarro Medina “El Valedor”


🖋 Verónica Bracho Alburquerque *

Recientemente, una universidad estadounidense realizó una investigación respecto de los efectos que tienen los libros en las personas desde el primer momento en que empiezan a leer, hasta los que se consiguen pasados los años de haber generado el hábito lector.

En los primeros 10 minutos de lectura surgen estímulos desde el tacto, el olor y lo visual del libro. Además, el lector empieza a sentir que se transporta a un plano diferente. En estos primeros minutos surgen sensaciones diferentes por la imaginación de la voz narrativa, al tratar de adaptarse a una nueva terminología, y a un aumento de la actividad neuronal.

A los 30 minutos de lectura, los efectos van en aumento, y se pueden empezar a experimentar alucinaciones auditivas y visuales; e incluso, son transportados a un tiempo y lugar diferente. En esta primera media hora de lectura es cuando algunos lectores sienten la necesidad de escribir en el libro, de subrayarlo o de señalarlo.

A los 60 minutos de lectura se puede decir que ya hay una total conexión con el libro. Los lectores pueden experimentar risa, dolor, se identifican con los personajes y con la trama. La lectura es más pausada porque requieren mayor comprensión y entran al campo del aprendizaje.

Cuando se sobrepasan los 60 minutos de lectura, el lector no quiere despegarse le libro, incluso se duerme tarde o altera sus horarios de comida para continuar leyendo.

Pasadas horas, días o semanas leyendo un libro, puede que éste ya haya acabado y sienta una intensa melancolía o tristeza por haber llegado a su fin. De hecho, muchos lectores vuelven a leerlo. Posteriormente, los lectores suelen buscar más títulos.

Los que llevan años leyendo se convierten en lectores habituales, atrapados en un ciclo de formación permanente, captando y viviendo nuevas historias, nuevos aprendizajes y conocimientos.

Y ya con el tema de la lectura y los lectores, curioseando en las redes me encontré que han clasificado a los lectores de libros de manera chusca, y se los comparto por parecerme divertido. Estos son algunos de ellos:

  • El lector polígamo: es el que puede llevar el hilo de varios libros al mismo tiempo, y nunca los mezcla.
  • El lector monógamo: mientras el libro esté en sus manos, ninguna otra página atraerá su atención. Además, estas personas incluso terminan releyendo sus libros favoritos
  • El lector espíritu libre: es el lector que lee literatura infantil, o el niño que lee literatura para adultos
  • El lector cascarrabias: es el exigente y voraz, y aunque no le guste la lectura, siempre lo termina de leer
  • El lector aventurero: es el lector que se sumerge en distintos géneros literarios y prácticamente lee todo lo que pasa por sus manos. Nunca dice que no a unas nuevas páginas
  • El lector altruista: no sólo lee, sino que quiere ayudar a que su grupo lo haga. Por ello recomienda varios libros, pero pocos le hacen caso
  • Lector neurótico: estos lectores se distraen fácilmente, no son capaces de empezar un libro sin antes haber fijado su atención en otro. Difícilmente son capaces de terminarlos
  • El lector con un millón de amigos: lee, pero no invierte; todos esos libros que pasan por sus manos se los ha prestado a un amigo, a un compañero del trabajo, entre otros
  • El lector enamoradizo: su cartera tiembla cuando pasa frente al escaparate de una librería y pocas veces vuelve de ellas sin un libro.
  • El lector Tsundoku: adquiere libros de manera compulsiva y los va sumando a su biblioteca personal. Todas estas obras terminan apiladas a expensas de que un día llegue su turno o de que su comprador termine regalándolos
  • El lector para dormir: si no es en la cama, en pijama y a la luz de una lámpara, no se verá a estas personas leer. Los libros son una rutina imprescindible antes de coger el sueño
  • El lector crítico: es un ávido lector que reflexiona y que valora según sus parámetros de experiencia
  • El lector postureta: es parecido al no lector, pero peor. Este siempre lleva el libro encima, en el bar, en la playa, en el parque, con los amigos, pero jamás termina nada con éxito comprensivo
  • El lector cool: simplemente le gusta lo que está de moda y ha tenido repercusión, sea el género que sea
  • El lector -no lector-: es aquel que sabe que la lectura es importante, no lo niega, pero es incapaz de centrarse y de adquirir el hábito de leer
  • El lector fanático: es el tipo de lectura adolescente. Se da cuando aparece una novela que arrasa como bestseller. Este tipo de lector se vuelve automáticamente un fanático del autor
  • El lector amante: este tipo de lector disfruta de los libros bien maquetados y elaborados, con tapas duras, o ediciones clásicas, admiran el tacto de las páginas y su olor peculiar.
  • El lector fotolector: este tipo de lector entra en el terreno de lo metafísico. Son lectores capaces de superar las dos mil palabras por minuto; supuestamente, en breves segundos por página son capaces de captar la información contenida. La comprensión resultante es un misterio para los demás
  • El lector contemplativo: siempre traen el libro en el bolso de mano o en la mochila. Les encanta pararse en un banco del parque, en una cafetería para disfrutar el entorno, y centrarse en su novela
  • El lector inteligente: se casa con la intelectualidad y la cultura. Ha llegado a altos niveles de lectura, por ello, ya no para nunca
  • El lector ágil: es el que lee entre 1 y 3 libros a la semana, y puede percibir los enormes beneficios terapéuticos, tanto físicos como intelectuales.

¿Con cuál te identificaste? Seguramente con varios, pues somos multifacéticos. Hasta pronto.

* Socióloga y doctora en investigación educativa

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