Joint venture: un camino de crecimiento y cooperación
“El éxito en los negocios requiere formación, disciplina y trabajo duro. Pero si no estás asustado por estas cosas, las oportunidades hoy son tan grandes como siempre lo han sido”: David Rockefeller, empresario estadounidense
🖋 David Terán Garrido *
Continuando con las entregas anteriores, sigamos sumergiéndonos en la expansión organizacional, principalmente enfocada en nuevos mercados extranjeros. En este caso, profundicemos en los joint ventures, como una alternativa para la cooperación que puede potenciar nuestra marca/organización, así como la de nuestros aliados y claramente el beneficio de los mercados extranjeros, sobre todo en el entorno actual, donde la cooperación internacional debería ser fomentada, en lugar de un método de presión.
Un excelente punto de partida será el definir lo que es un joint venture, una alianza estratégica entre dos o muchas más organizaciones con el fin de cumplir un proyecto/negocio conjunto. Esto se logrará por medio de compartir tanto los aspectos positivos (recursos, información, beneficios), así como los riegos (pérdidas, impactos, cierre de oportunidades).
Sin embargo, todo esto se lleva desde un punto completamente independiente en los aspectos legales; es decir, se busca la colaboración estrecha de las organizaciones durante el desarrollo del proyecto en común, pero estas se mantienen independientes las unas de las otras.
Siendo así, demos comienzo con esta entrega en la que se buscará dar una perspectiva de los puntos fuertes, débiles, así como elementos a tomar en cuenta al desarrollar un Joint Venture, aplicando tanto para proyectos nacionales, como internacionales.
CARACTERÍSTICAS CLAVE PARA UN JOINT VENTURE
Cabe resaltar que los puntos mencionados ahora no son los únicos elementos clave en un Joint Venture, pero son algunos de los puntos para tomar en cuenta como un líder:
Participación compartida: según sean las necesidades del proyecto que se realizará, todas las partes involucradas en el joint venture deben aportar con partes equivalentes y sobre todo sus fuertes para que los objetivos sean cumplidos. Lo anterior puede ir desde capital financiero, humano, así como tecnología, el acceso a mercados o la experiencia en proyectos similares.
El éxito para un joint venture debe ser medido en las ganancias que represente para cada participante, por lo que se requiere de un involucramiento activo de cada elemento dentro del proyecto. Siendo un motor de crecimiento importante, siempre y cuando el compromiso sea constante.
Control conjunto: es de suma importancia destacar que, al ser un involucramiento conjunto, la toma de decisiones debe ser compartida. Será sabio mantener en cuenta que todas las partes involucradas en el proyecto son independientes y por eso mismo es necesario que exista un consenso para la toma de decisiones y cómo se abordarán las estrategias operativas del proyecto.
Objetivo común: tal y como se mencionó antes, al desarrollar e implementar un proyecto con las características del joint venture, es vital y un requisito indispensable que las organizaciones involucradas tengan un objetivo claro y común.
Cuando los objetivos, el lugar al que se desea llegar, no es similar para las organizaciones, este tipo de proyectos no es viable; por el contrario, resultará contraproducente. Definir y estar de acuerdo será primario: entrar en un nuevo mercado, desarrollar productos o modificaciones de los ya existentes; optar por una actualización de los servicios o crear un proyecto a gran escala para el beneficio de las partes involucradas y del mercado meta, pueden ser algunos ejemplos de lo anterior.
Duración definida: entendamos algo, y es que, si bien un joint venture es una manera sumamente productiva para el crecimiento y puede llegar a ser una puerta para la negociación y alianzas de largo plazo entre organizaciones, es indispensable que el proyecto, el joint venture en sí mismo, tenga un plazo a cumplir y, una vez cumplido, se reevalúe la alianza.
Esto debido a que, como se mencionó previamente, las partes involucradas son independientes; es totalmente posible y válido querer permanecer como aliados cuando se pudo cumplir un proyecto; pero el fin de un joint venture es un proyecto específico, al cumplirse se debe hacer una evaluación de los resultados obtenidos, aprendizajes, desafíos y demás ganancias para nuestra organización.
Riesgos y beneficios compartidos: siendo uno de los puntos críticos al tomar la decisión de aliarse con otra(s) organización(es), es que tanto beneficios como riesgos son compartidos, con la finalidad de repartir las cargas; es decir, las responsabilidades, y con ello reducir los riesgos que pueden existir para una sola organización.
EJEMPLOS DE JOINT VENTURE
Hablemos de un par de proyectos que pueden ser interesantes para aplicar un joint venture o escenarios en donde se podría plantear un proyecto de este tipo, principalmente desde la perspectiva de una mipyme:
Expansión a nuevos mercados: mencionado en una entrega previa, puede ser una gran opción para nuestra organización cuando buscamos el crecimiento en un nuevo mercado, dando el salto uno en el extranjero. Formar un joint venture con una compañía local, como puede ser un transportista, puntos de venta, logística, etcétera, daría el conocimiento del entorno, tanto en la parte regulatoria del país, así como las redes de distribución y logística ya establecidas; pero también de preferencias para el consumidor y posibles alianzas necesarias con más organizaciones del país de llegada.
Desarrollo tecnológico: identificando que existen organizaciones, las cuales pueden (o no) ser competencia directa, pero cuentan con partes faltantes para el desarrollo de nueva tecnología, con elementos presentes de desarrollo en nuestra organización, pueden resultar enormemente benéficas para las partes del joint venture. Dicho de una manera más sencilla, de tener conocimientos técnicos o recursos financieros, dos empresas podrían lograr un cambio trascendental en el desarrollo de productos y servicios, con grandes remuneraciones económicas, de participación en el mercado, etcétera.
VENTAJAS DE UN JOINT VENTURE
Comencemos por describir los aspectos positivos de este tipo de proyectos, como un incentivo para aplicarlos en el mundo real:
Acceso a nuevos mercados: como fue mencionado en el punto anterior, lograr ingresar y penetrar en nuevos mercados es un desafío mayúsculo; principalmente cuando las diferencias políticas, culturales, económicas y regulatorias son sustancialmente distintas al propio. Hacerlo con un compañero local, podría despejarnos la pista para un “aterrizaje” mucho más suave y próspero. Obtener información crítica, además de compartir los riesgos, bien puede valer el ceder una parte de las ganancias económicas o de prestigio que vienen con la apertura de un mercado extranjero.
Reducción de costos y riesgos: al mismo tiempo, contar con inversiones y recursos de otras organizaciones; también conlleva una reducción en los riesgos y costos necesarios para el desarrollo de proyectos importantes y a gran escala.
Aprovechamiento de capacidades complementarias: cuando se comparten fortalezas, así como recursos financieros, tecnológicos y conocimientos es accionable y más factible el sacar todo el provecho posible en cada uno de estos puntos. Del mismo modo, el enriquecimiento desde aspectos como la filosofía, valores y cultura organizacional, permite el aprovechamiento mejorado de los recursos de cada organización participante.
DESVENTAJAS DE UN JOINT VENTURE
Ahora bien, discutamos el “lado obscuro” que se puede presentar en un joint venture, con la finalidad de poder tomar una decisión informada, desde el mero hecho de considerar un proyecto de este tipo:
Conflictos de intereses: finalmente, al ser organizaciones independientes; las cuales tienen una cultura corporativa distinta y, también objetivos que pueden no estar alineados, que se generen tensiones, desacuerdos y “riñas”, serán una posibilidad constante; comenzando desde la planeación del proyecto, hasta su conclusión. Saber con quién, hasta donde y hasta cuando asociarse con una organización, tiene aún más sentido, teniendo en cuenta lo anterior.
Control compartido: dentro de la misma descripción del proyecto llamado joint venture, se destaca que las decisiones deben ser tomadas en un consenso por todas las partes involucradas y, la responsabilidad, capacidad de decisión y riesgos es compartido; por todo eso, los tiempos de respuesta pueden llegar a ser contraproducentes para los resultados del proyecto. Es decir, por ejemplo, que si surge una situación de emergencia, la cual requiere una decisión rápida, puede que esta no llegue a tiempo para evitar pérdidas o un desenlace desfavorable para el proyecto.
Distribución de ganancias: claramente al tener que dividir las ganancias generadas por el proyecto, este puede resultar siendo menos rentable que el operar en solitario, si alguna de las organizaciones puede lograr el éxito de un proyecto similar pero individual por su cuenta. También, si alguna de las partes no está alineada con compartir los beneficios de manera justa entre el resto.
Un joint venture es como una sinfonía, la cual permite y fomenta la colaboración, innovación y una visión compartida. Es un arte en sí misma, porque logra unir las fuerzas y capacidades de las organizaciones con el fin de lograr algo increíble, lo cual es que organizaciones independientes trasciendan todas aquellas limitantes u horizontes más “cortos” al trabajar de manera individual; es decir, lograr objetivos que parecían inalcanzables cuando se trabajaba solo.
Sin embargo, está claro que, como cualquier proyecto trascendental, y de la misma manera que la vida misma, esto requiere de equilibrio constante. El éxito estará basado en la cultura de una relación mutua, la cual tenga confianza, comunicación abierta, además de constante y un propósito, un fin compartido que guíe el camino a transitar. Las posibilidades y beneficios son inmensos; desde acceder a nuevos mercados, pero también reducir los riegos y maximizar las ganancias. Al mismo tiempo que los desafíos son reales y a tener en cuenta para saber cómo actuar, una vez que se decide recorrer este tipo de proyectos; siempre manteniendo “el ojo abierto” ante posibles conflictos de intereses, cargas desiguales en los beneficios o riesgos, posibles discrepancias o falta de acción durante las tomas de decisiones. Todo lo anterior, para disfrutar de una alianza altamente prometedora.
Finalmente, un joint venture es algo más que una mera estrategia comercial, para lograr unas cuantas ventas o el crecimiento de la participación de mercado. Es un compromiso sumamente audaz, disruptivo y desafiante: construir algo más grande y trascendental que la mera suma de las partes que componen al proyecto. Tomarlo desde la responsabilidad necesaria y con ese compromiso real, no dará meros resultados económicos, también puede ser un impacto de los que redefinen a la industria y los mercados; algo que permite crear un fin mayor, el surgimiento de un legado que supera las fronteras.
“Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”: proverbio
Referencias:
Compston, N. (2022). Joint Venture: How to Joint Venture Correctly. Independent Published. Estados Unidos. Primera edición.
Butter, G. (2022). Joint Venture Agreement. Independent Published. Estados Unidos. Primera edición.
BBVA. (S. F.) ¿Qué es un Joint Venture? Recuperado de: https://www.bbva.es/finanzas-vistazo/ae/financiacion/joint-venture.html
Deloitte. (2021) Joint Venture y M&A. Recuperado de: https://www2.deloitte.com/mx/es/pages/strategy/articles/joint-ventures-and-m-a.html