Columna invitada

Las diferencias educativas entre las culturas oriental y occidental en el siglo XXI (parte 2)

Trescientos sesenta días al año levántese antes del amanecer, y la prosperidad de su familia llegará a ver”: proverbio chino


David Moisés Terán Pérez *

Estimadas(os) lectoras(es) de esta columna invitada semanal. Buenos días. Le deseo a ustedes ¡un extraordinario, productivo, genial y excelente martes! Hoy, continuamos desarrollando contenido para esta saga. La semana pasada dejamos establecido el contexto al tema. En esta ocasión vamos a conocer información bastante interesante sobre el aspecto diferenciador entre el sistema educativo occidental y el sistema educativo oriental, que sí marca una notable diferencia en los resultados en ambos modelos educativos. Y ese factor se llama: “Las vacaciones de verano”. ¿Sorprendido(a) amable lector(a)? Profundicemos en el tópico.

Las vacaciones de verano son un tema muy rara vez mencionado en los debates educativos; ya que se consideran una característica permanente e inmaculada de la vida académica, como lo puede ser participar en el equipo de fútbol de la institución educativa, o cualquier otra actividad consustancial a la escuela. Empero, analicemos las notas de unos exámenes de educación básica, y veamos si la fe ciega en el valor de unas largas y prolongadas vacaciones de verano, no queda profundamente sacudida en el sistema educativo occidental.

Los números que se analizan a continuación, proceden de la investigación llevada a cabo por el sociólogo Karl Alexander de la Universidad “Johns Hopkins” en los Estados Unidos de América. Alexander en dicho estudio, analizó el progreso de 650 estudiantes del primer curso del sistema de enseñanza pública de Baltimore, mediante la observación de sus calificaciones en unas pruebas de Matemáticas y de Lectura en California —el llamado Achievement Test—.

En la Tabla 1, se muestran los resultados (aciertos) de la prueba de lectura para los primeros cinco años de la escuela primaria en Baltimore, desglosados en función de la clase o nivel socioeconómica(o) a la que pertenecían dichos estudiantes: Baja, media y alta, respectivamente.

Tabla 1. Resultados (aciertos) de la prueba de lectura para los primeros cinco años de la escuela primaria, desglosados en función del nivel socioeconómico.

Clase socioeconómica:1er curso:20 curso:3er curso:40 curso:50 curso:
Baja:329375397433461
Media:348388425467497
Alta:361418460506534

Fuente: Gladwell, (2020, p. 262).

Estimado(a) lector(a): Observe la columna del primer curso. Con esos resultados, los estudiantes reflejan diferencias relativamente significantes, pero no abrumadoras en conocimiento y capacidad. Los estudiantes de primer año de los hogares de la clase alta muestran una ventaja de 32 puntos respecto con sus compañeros de la clase baja —y, por cierto, los estudiantes de la clase baja en Baltimore son de acuerdo a la información dada por la misma comunidad, verdaderamente pobres—. Ahora, por favor, vean la columna del quinto año.

Al llegar a ese curso —cuatro años más tarde—, la diferencia —que en el primer año parecía modesta—, entre los estudiantes pobres y los ricos, se ha duplicado. Ahora, esta “diferencia en el rendimiento”, es un fenómeno que se ha observado muchas veces, y que suele suscitar varias especulaciones y explicaciones. Pero es aquí, en donde el estudio del sociólogo emérito Karl Alexander se hace interesante: La ciudad de Baltimore, no sometió a sus estudiantes de educación básica a la prueba de aprovechamiento escolar solamente al final de cada curso en el mes de junio. También les aplicó la prueba en el mes de septiembre —justo después de que terminaron las vacaciones de verano—, que es cuando se inicia el nuevo año escolar.

Lo que Karl Alexander comprendió, es que el segundo conjunto de resultados de la prueba (lo obtenido en septiembre), le permitía hacer un análisis diferente. Si Alexander observaba la diferencia entre los resultados que un estudiante obtenía al principio del año escolar en septiembre; y los resultados que conseguía en el siguiente mes de junio, podía medir con absoluta precisión, cuánto había aprendido cada estudiante a lo largo del ciclo escolar (Gladwell, 2020).

Y si Alexander miraba con atención la diferencia entre las notas de un estudiante en junio y en septiembre siguiente, podía ver cuánto había aprendido el estudiante durante el verano. Es decir, el investigador, podía calcular, cuánto de la diferencia en el rendimiento escolar, obedecía a las cosas que pasan durante el año escolar; y cuánto tenía que ver con lo que pasa durante las vacaciones de verano. Empecemos con los beneficios del año escolar (Gladwell, 2020).

La Tabla 2, muestra cuántos puntos subieron las notas de los estudiantes desde el inicio de las clases en septiembre, hasta su finalización en junio. La columna “Total”, representa el aprendizaje acumulado en un aula durante los cinco años de la escuela primaria.

Tabla 2. Representación de cuántos puntos subieron las notas de los estudiantes desde el inicio de las clases en septiembre, hasta su finalización en junio; desglosados en función del nivel socioeconómico.

Clase socioeconómica:1er curso:20 curso:3er curso:40 curso:50 curso:Total:
Baja:5546303325189
Media:6943344127214
Alta:6039342823184

Fuente: Gladwell, (2020, p. 264).

De la Tabla 2, puede observarse una historia completamente diferente de la que sugería la Tabla 1. En función al primer conjunto de resultados del examen mostrados en la Tabla 1, parecía que los estudiantes de la clase baja, fallaban en el aula. Sin embargo, de acuerdo a lo mostrado en la Tabla 2, puede observarse que esa primera hipótesis no es válida (sólo hay que ver la columna “Total”). A lo largo de cinco años de cursar la escuela primaria, los estudiantes de escasos recursos le “ganan” a los estudiantes de la clase rica por una discreta diferencia (pero diferencia al fin) de 5 puntos; y los estudiantes pobres se quedan rezagados respecto a los de la clase media por un margen de 25 puntos; y en el segundo año, los estudiantes de la clase baja aprendieron más que los niños de la clase media y de la clase alta.

Dejaremos para la semana próxima, los resultados que se obtuvieron en la prueba de Lectura, durante las vacaciones de verano, cuando los estudiantes no están en la escuela; así como la conclusión respectiva. Son bastante sorprendentes… (Continuará…)

Referencia:

Gladwell, Malcolm. (2020). Fueras de serie. Porqué unas personas tiene éxito, y otras no. México: Debolsillo/Penguin Random House Grupo Editorial, 9a reimp.

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Especialidad en Habilidades Docentes por la UNITEC. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de siete libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. Dos títulos más en la Editorial Umbral. Además de ser conferencista nacional e internacional. Actualmente, es el CEO del Centro Evaluador en Competencias Laborales “Liderazgo en Certificación”, LICERT S.A.S. de C.V., avalado por el CONOCER y la SEP, con URL www.licert.mx. Correo electrónico: dmtp040964@gmail.com.

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