Columna invitada

Cómo realizar un plan de acción extraordinario que le permitirá lograr el éxito en la vida y en los negocios (parte 1)

“Si usted se rodea de nueve personas fracasadas, muy probablemente en poco tiempo será usted la persona número 10”: James Emanuel Rohn


David Moisés Terán Pérez *

Estimadas(os) lectoras(es), la semana pasada se trató el tema de cómo obtener excelentes resultados a partir de realizar un extraordinario trabajo, y se estableció que para lograrlo se debe tener un plan de acción extraordinario a partir de desarrollar siete actividades.

Hoy comenzamos con la primera, que se denomina “¿Hacia dónde va usted?”. En primera instancia, se requiere que responda la pregunta con absoluta integridad y con toda la fe en usted misma(o). Porque existen estadísticas que establecen que 9 de cada 10 negocios que se abren en el mundo, fracasan en el primer año sin generar ninguna ganancia; o que tan solo en Estados Unidos, en 1997 casi un millón de estadounidenses se declararon en quiebra, mientras que curiosamente en ese mismo año casi tres millones de nuevos millonarios aparecieron en ese país, lo que prueba que el éxito o el fracaso financiero o en cualquier otra área de la vida no es el resultado de circunstancias generales, sino de decisiones individuales.

Las preguntas hasta este momento son: ¿Cuántas(os) de ustedes han escrito sus objetivos y sus metas para el corto, el mediano y el largo plazo?, ¿cuántas y cuáles habilidades, destrezas, competencias y conocimientos debe adquirir y aprender? Usted que ahora está leyendo este documento ¿tiene una lista detallada de sus objetivos, de sus metas, de sus sueños, de todo lo que debe aprender y desarrollar para conseguir lo que desea en los próximos cinco, diez, quince o veinte años? Si su respuesta es no, entonces este es el momento en que debe hacerlo.

Imagine por un momento la siguiente escena: hay dos obreros colando arena frente a una obra en construcción. Usted se acerca a ellos y les pregunta qué están haciendo. El primero de ellos le responde: “Aquí, colando arena todo el día, de lunes a sábado, ya llevo seis meses en esto”. Luego, usted se acerca al otro obrero, le hace la misma pregunta y él responde: “Soy parte de un gran equipo, y estamos construyendo una hermosa y magnífica obra”.

¿Cuál es la diferencia en la respuesta de estas dos personas? El segundo obrero sabe por qué está haciendo lo que hace; es decir, tiene una visión clara de su meta, mientras que el primero no. Ellos están haciendo la misma faena, pero su actitud, su trabajo, su estado de ánimo y su percepción, no está determinado por la tarea que están realizando, sino por la claridad con que ellos perciben cuál es la meta que quieren alcanzar. Ya que es muy difícil mantener un alto grado de motivación acerca de nuestro trabajo si no sabemos por qué lo estamos realizando.

¿Cuántas(os) de ustedes sienten en este momento que los últimos años de su vida sólo ha sido “colar arena”? Si su respuesta es sí, es muy probable que usted haya perdido la visión de la gran obra que está construyendo, y esa obra son sus sueños más anhelados. Por esta razón es tan importante saber y definir qué es lo que deseamos obtener para dirigir nuestras acciones y conseguir esos objetivos y esas metas.

Con esto, logramos alimentar nuestra mente subconsciente para que agudice nuestros sentidos y nos mantenga alertas para utilizar todo aquello que nos ayude a lograr esos objetivos y esas metas. ¡Sueñe en grande! Porque si hasta este momento ha conseguido todas las metas que se ha propuesto, eso significa que no se ha puesto metas que realmente le exijan salir de su zona de confort y lo lleven al siguiente nivel. Usted debe visualizar todo aquello que desea lograr, y existe una explicación científica de por qué debe hacerse así.

Formar una imagen mental clara de nuestras metas se basa en estudios neurológicos que definen que en nuestro cerebro existe algo que se llama “formación reticular”, y funciona de esta manera: el grado con que percibimos lo que ocurre a nuestro alrededor es directamente proporcional al grado en que le damos importancia a lo que realmente nos interesa de ese entorno.

La formación reticular cumple la función de “filtro sensorial”, y toda la información que llega a nuestro cerebro a través de los órganos de los sentidos es filtrada antes de llegar a la corteza cerebral. Entonces, la formación reticular se encargará de que sólo aquella información significativa e importante para una persona logre llegar al centro consciente que se encuentra en la corteza cerebral.

Por ejemplo, si usted desea comprar un automóvil de una gama de lujo, buscará la información y las fotografías respectivas que le permitan definir detalladamente al vehículo; y como usted tardará aún unos meses en adquirirlo, usted se visualizará ya manejando ese auto, y mientras eso se vuelve una realidad usted comenzará a ver esa marca y modelo de auto de sus sueños frecuentemente, y en todas partes logra identificarlo a gran distancia y visualizarlo como usted lo desea.

Esto significa que la formación reticular ha agudizado su sentido de la vista para que, entre una multitud de autos, destaque el que usted anhela. Por lo tanto, es muy importante que usted fije sus objetivos y sus metas clara y detalladamente, para que su formación reticular agudice todos sus sentidos, y pueda conseguirlos.

Y no hay magia ni nada sobrenatural en el proceso. Es simplemente una función fisiológica de nuestro cerebro. Sin lograr activar la formación reticular, es posible que las oportunidades pasen frente a nosotros una y otra vez, pero no logremos identificarlas, y eso es muy triste.

Por ejemplo, cuando vemos una persona que puede percatarse de todas las oportunidades que hay a su alrededor y decimos que “huele” esas oportunidades, seguramente estamos frente a alguien que ha desarrollado su formación reticular al máximo. Por eso es tan importante identificar hacia dónde desea usted ir en su vida. No trabaje arduamente en algo que no sabe si es lo que desea.

En resumen: escriba sus objetivos y sus metas a corto, mediano y largo plazos de manera equilibrada; es decir, incluya todo aquello que quiera lograr en diferentes áreas: en lo familiar, en lo personal, en lo laboral, en los negocios, en lo social, en lo financiero, en su salud, en lo espiritual, en lo comunitario, en lo cultural, en su aprendizaje, etcétera. Hágalo tan detallado como le sea posible, y en la siguiente entrega veremos el segundo punto, que es: ¿Por qué desea usted alcanzar esos objetivos y esas metas?  (Continuará…)

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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