Cómo realizar un plan de acción extraordinario que le permitirá lograr el éxito en la vida y en los negocios (parte 2)

“Si vas a hacer el mal; por favor, hazlo bien”
David Moisés Terán Pérez *
La semana pasada comenzamos a desarrollar el plan de acción extraordinario para alcanzar el éxito empresarial y personal, estableciendo a dónde queremos llegar. El día de hoy continuaremos con el paso número dos para llegar a la cumbre del éxito. La segunda pregunta es: ¿Por qué desea usted alcanzar esos objetivos, esas metas y/o esos sueños? Esto significa que debemos ser muy claros y sinceros para responder cuál es la motivación que hará que eso que deseamos se cumpla y se lleve a cabo. Ahora, usted tendrá que profundizar mucho más que en el paso anterior. Al responder por qué usted desea realizar esos sueños, encontrará implícitamente cuáles son los valores y los principios que gobiernan su vida consciente e inconscientemente para dictaminar sus acciones.
A pesar de que querer alcanzar un sueño puede darle a usted el empuje y la motivación inicial, son sus valores y sus principios los que le proveerán la determinación y la convicción que le ayudarán a sobreponerse a todos los obstáculos que encontrará en su camino. Por lo que es absolutamente necesario que usted se pregunte continua y constantemente por qué desea alcanzar cada uno de sus sueños, porque si no encuentra una razón realmente profunda para alcanzarlos, no estará equipado con la fuerza emocional y la convicción necesarias para siquiera comenzar.
Por ejemplo, si usted ha decidido realizar estudios universitarios (una licenciatura, una especialidad, una maestría o un doctorado) debe saber que tendrá que invertir entre dos y cinco años (dependiendo del nivel de estudios) de trabajo arduo y de compromiso total. Porque se dará usted cuenta que, durante ese proceso, habrá una gran cantidad de personas que abandonarán los estudios en el transcurso de los semestres, los cuatrimestres o los trimestres, y nunca concluirán; es decir, se convertirán solamente en estadísticas del abandono escolar.
Sin embargo, si usted está decidido a concluir lo que comenzó, debe saber que tendrá que pagar ese proceso con tiempo, dinero y mucho esfuerzo. Pero debe tener cuidado, porque si usted sólo se enfoca en “el precio que está pagando” o en los muchos obstáculos que encontrará durante su estadía universitaria, es posible que en determinado momento no encuentre una justificación real para tanto esfuerzo y desista.
Pero, si usted realmente ha identificado claramente la meta que quiere lograr, así como las emociones que experimentará al alcanzarla, no habrá obstáculo que le haga abandonar su sueño.
La relación entre sus metas y sus valores es sumamente importante, ya que, si usted determina esa correlación entre la meta y sus valores, su logro es muy gratificante para su vida; empero, cuando usted logra alcanzar algo que no va de acuerdo a sus principios, es entonces cuando se cuestionará acerca de que si el esfuerzo valió la pena; es decir, el logro se vuelve hueco e insignificante. Pero también debe recordar que sus valores van cambiando conforme usted va madurando como individuo, y comienza a convertirse en su mejor versión.
Esta es la razón por la que usted debe analizar sus objetivos, sus metas y sus sueños constantemente; para modificarlos y adecuarlos a su nueva realidad.
Veamos otro ejemplo. Considere que uno de sus objetivos es crear su propia empresa, y usted se concentra en responder a la pregunta de por qué quiere lograr ese sueño, descubre que hay muchas razones por las cuales es importante para usted construir esa empresa.
Entre esas razones, usted identifica las siguientes: proporcionar un mejor estilo de vida a su familia, saber que su futuro depende de usted y no de un patrón, dedicar más tiempo a todo aquello que le gusta hacer, entre muchas otras.
Llegar a tener su empresa es una gran meta que al principio le entusiasmará grandemente; no obstante, si no descubre la razón fundamental para crear esa empresa, es probable que cualquier obstáculo que se presente le haga desistir, y con el tiempo quizá usted mismo(a) llegue a cuestionarse tener ese objetivo empresarial como uno de sus sueños; después de todo, usted ha vivido hasta la fecha sin tener esa empresa, y ciertamente podrá continuar viviendo aun si no consolida esa meta.
Pero, ¿por qué ocurre eso? Pues porque usted no encontró esa fuerza mayor que le motivara a seguir adelante, por lo que debe plantearse la siguiente pregunta: “¿Está usted dispuesto a dedicar el resto de su vida al logro de un mejor estilo de vida para usted, para su familia, para ayudar a las personas que contraten y/o compren sus productos, bienes y/o servicios para solucionar sus necesidades y problemáticas; y a establecer las condiciones que le proporcionen paz interior y satisfacción personal?”. Si su respuesta fue un rotundo sí, entonces usted habrá encontrado el porqué determinante para realizar su empresa, y aun a pesar de las vicisitudes logrará formar, conformar y consolidar su sueño empresarial.
Tener su propia unidad de negocio(s) no será el resultado de un simple capricho o sólo para alimentar su ego. Usted podrá establecer que lo hace porque usted y su familia realmente merecen lo mejor de la vida.
En resumen, escriba todos los porqués, ya que ellos son un espacio de descubrimiento personal auto-motivante y trascendente en su proceso de alcanzar la cima del éxito. Y haga varias listas, para que incluya en ellas los diferentes objetivos, metas y sueños para los distintos ámbitos de desarrollo en su vida, como ya lo habíamos referido en el documento de la semana pasada.
No olvide establecer que esos rubros están relacionados con lo familiar, lo personal, lo social, lo laboral, lo financiero, lo económico, lo cultural, lo deportivo, en su salud, en su negocio y en todo aquello significativo en su vida. Tenga a la mano sus listas, para que se dé cuenta cómo va el desarrollo de esos sueños en la medida que usted se va convirtiendo en la mejor versión posible, porque no se trata de obtener sólo riqueza, sino en lo que se ha convertido para lograr obtener esa riqueza. Esto significa, los conocimientos, las habilidades, las destrezas y las competencias que ha requerido aprender y desarrollar en el transcurso del tiempo para ser esa extraordinaria persona en el proceso de transformación y de mejora continua.
¡Felicidades! En el próximo número, veremos el paso número tres: el establecimiento de la fecha y del plan estratégico a seguir para alcanzar dicha meta. (Continuará…)