Columna invitada

El docente y el proceso de enseñanza/aprendizaje en el siglo XXI (parte 1)

“La educación es el arma más poderosa que puede usarse para cambiar y mejorar el mundo”: Nelson Mandela


David Moisés Terán Pérez *

Buenos días estimadas(os) lectoras(es) de esta columna invitada. Que como siempre, tengan un extraordinario martes. Esta ocasión vamos a tratar en dos entregas el tema de la docencia y la enseñanza en el siglo XXI, considerando que el domingo pasado (15 de mayo) se celebró en nuestro país el Día del Maestro. Yo fui docente en la UNAM y en otras instituciones de educación superior durante 30 años. Sirva este texto como un gran ¡homenaje y reconocimiento a las(os) extraordinarias(os) maestras(os) de México!

Debemos considerar que el futuro y el progreso de este país debe proyectarse en el mediano y largo plazos a través de un modelo educativo mexicano. Se requiere desarrollar algo absolutamente disruptivo, y que garantice una educación integral y de calidad, que realmente coadyuve a posicionar al país en el entorno que le corresponde. Y no en el último lugar de los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como históricamente ha ocurrido desde la década de los años 80 del siglo pasado, en que Carlos Salinas de Gortari metió al país a dicho organismo internacional. Veamos a continuación cuáles deben ser las características de la educación, del proceso de enseñanza-aprendizaje, y los requerimientos del docente para esta segunda década del siglo XXI:

Los docentes dejarán de impartir conocimientos: esto significa en la práctica que los docentes en esta segunda década del siglo XXI ya no impartirán conocimientos como histórica y tradicionalmente lo han venido haciendo. Ahora, deberán dedicarse a ser mentores y coaches, que enseñen valores, principios, habilidades gerenciales y directivas, destrezas, y competencias, pero sobre todo liderazgo; mientras que la inteligencia artificial, los sistemas expertos, los buscadores en la web y los robots tendrán información en tiempo real que puede ser consultada por los estudiantes en diferentes horarios, y tantas veces como sea necesario hacerlo. Los sistemas expertos y la inteligencia artificial “no se cansan”, y podrán proporcionar la información en diferentes ámbitos y formatos, haciéndola comprensible para los consultantes.

Los docentes serán motivadores, consejeros y terapeutas personales: dado que los datos, la información y el conocimiento se podrán encontrar en la inteligencia artificial, en los sistemas expertos y en los buscadores web, entonces los docentes ahora podrán atender de manera personalizada a los estudiantes, logrando retenerlos, motivarlos y encauzarlos a volverse estudiantes autónomos, independientes, reflexivos, analíticos-sintéticos y excelentes tomadores de decisiones, autosuficientes, responsables, y participativos.

La realidad virtual revolucionará la enseñanza: esta tecnología logrará lo que ningún docente puede hacer actualmente en un salón de clases: mostrar a los estudiantes diversos escenarios, lugares, fenómenos, investigaciones, desarrollos y todo un cúmulo de acontecimientos importantes e interesantes para el desarrollo óptimo de los estudiantes. Obviamente, esto requiere de infraestructura tecnológica por parte de las instituciones educativas, para que pueda llevarse a cabo. Pero su uso hará que en un momento dado los estudiantes visiten un museo, posteriormente estén inmersos en el mar, luego puedan visitar una zona arqueológica, presencien una intervención quirúrgica, estén en un momento histórico específico o viajen al espacio, entre muchas otras cosas más.

La tendencia del futuro serán las “clases al revés”: esta propuesta es muy interesante, y consiste en que los estudiantes, en lugar de resolver tareas en su casa, ahora irán a la escuela, precisamente a resolver las tareas en el salón de clases bajo el apoyo y la supervisión de los docentes, y también haciendo trabajo colaborativo y cooperativo con sus demás compañeros de clase. Esto será un parteaguas educativo importante, porque los estudiantes tendrán todo el apoyo y asesoría de sus educadores(as) en tiempo real; y lo que harán, los estudiantes en sus casas, será leer la información de los diversos temas, en una comprensión lectora, apoyada por los sistemas expertos y la inteligencia artificial. Esta propuesta de las “clases al revés” revertirá el abandono escolar y los altos índices de reprobación, ya que los estudiantes, podrán resolver todas sus dudas en el salón de clases; hacer ejemplos, prácticas, resolver problemas, y ver la aplicación real del conocimiento que previamente aprendieron en sus casas, ya sea de manera autónoma o con el apoyo de los sistemas de cómputo. De esta manera, se desarrollará el aprendizaje significativo en los estudiantes; y el fin último de la educación, se habrá logrado: sacar lo mejor de cada estudiante.

La prioridad número uno de los docentes: ayudar a los estudiantes a encontrar aquello que realmente les gusta hacer. Esto es prioritario, porque de esta manera el aprendizaje significativo se logrará y tendrá sentido. Obviamente que se requiere que el docente sea un verdadero mentor y guía de cada estudiante. Los entienda, se identifique con sus necesidades y logre impulsar en ellos, el deseo por investigar, aplicar y sensibilizarse con el aprendizaje y el conocimiento. Cuando un estudiante realmente ama lo que está haciendo, lo llevará a cabo sin presión, sin castigos, sin chantajes, sin amenazas. Es decir, todo lo realizará gustoso y de manera participativa. Y a largo plazo hará que ese estudiante feliz, contento y motivado realice sus actividades laborales en un entorno favorable, porque realmente está haciendo lo que le gusta.

Como podemos ver hasta este momento, el nuevo paradigma educativo requiere de una transformación importante y urgente de/en la educación, de una readecuación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, del uso de los recursos didácticos, de integrar las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC); así como de la reconversión del docente en algo más que un transmisor de conocimiento, a desempeñar funciones más humanas. La siguiente semana veremos el resto de las nuevas funciones del docente y de la educación en general. Espero que este tópico sea interesante para ustedes, como lo ha sido para mí. (Continuará…)

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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