Columna invitada

El docente y el proceso de enseñanza/aprendizaje en el siglo XXI (parte 2)

Tanto en la vida, como en la escuela y en los negocios, los extraordinarios resultados obtenidos son directamente proporcionales al esfuerzo, la disciplina, la perseverancia y el desempeño realizados”: James Emanuel Rohn


David Moisés Terán Pérez *

Buenos días estimadas(os) lectoras(es) de esta columna invitada. Tengan un extraordinario martes. Esta ocasión vamos a concluir el tema de la docencia y la enseñanza en el siglo XXI. La semana pasada vimos cuatro elementos importantes en esta propuesta educativa. Hoy analizaremos el resto de dichas características:

La prioridad número dos de los docentes: fomentar la curiosidad en sus estudiantes. Esto significa generar una cultura de hacer preguntas de manera constante por parte de los estudiantes hacia sus profesores, ya que eso es lo que genera experimentación y descubrimiento. Y dado que actualmente se tiene acceso rápido al buscado de Google, es muy importante hacer algo diferente para que los estudiantes no se vuelvan apáticos, perezosos e irresponsables. La clave para que la educación fomente la curiosidad será la calidad de las preguntas que se hagan y la contundencia en las respuestas que recibirá el estudiante. Si las respuestas que recibe el estudiante son las adecuadas, eso hará que dicho estudiante genere hipótesis, investigue y aplique el conocimiento especializado adquirido en la solución de los temas que le interesa conocer.

La prioridad número tres de los docentes: enseñar la perseverancia y a no rendirse ante el fracaso. Este es un punto sumamente importante, porque en una sociedad del conocimiento como en la que nos encontramos la tecnología avanza rápidamente y se deben tener objetivos y metas a largo plazos, y lo más importante: no abandonarlos nunca, nunca, nunca. De lo anterior, es relevante establecer que: “Es más importante ser un experto en un problema que en su solución”. Esto quiere decir que la solución no es convertirse en experto en una cosa o tema en lo particular (por ejemplo, en física cuántica o en edición genética), porque esa cosa o tema particular cambiará con el crecimiento exponencial de la tecnología y volverá obsoleto el conocimiento específico que se tenía. Por lo que se recomienda ser experto en una problemática concreta y no solamente en la solución a corto plazo. A lo anterior, debe agregarse la perseverancia para lograr la consecución del objetivo y de la meta planteada.

La prioridad número cuatro de los docentes: enseñar la ética, la integridad y la empatía. Ya se ha mencionado que el conocimiento tácito y explícito puede ser enseñado por robots, por la inteligencia artificial, por los sistemas expertos; empero, la tecnología aún no puede enseñar principios, valores, ética e integridad. Es en este rubro donde los docentes humanos tienen cabida en los procesos educativos. Y entre sus múltiples actividades estarán, por ejemplo: plantear situaciones que hagan analizar-sintetizar-tomar decisiones a sus estudiantes. Generalmente estas situaciones deben ser estudios de caso reales como el siguiente: “Imaginen un pequeño pueblo a la orilla de un hermoso lago, en donde los habitantes del lugar, dependen de una fábrica instalada también a la orilla del lago. Dicha fábrica es la única fuente de ingresos para los habitantes del pequeño pueblo. Sin embargo, esa fábrica está contaminando el agua del lago, matando toda la vida que existe en él. Queridos estudiantes: ¿Qué harían ustedes a este respecto? Porque si se cierra la fábrica altamente contaminante, significaría que toda la población del lugar se quedaría sin empleo; pero, por otra parte, mantener la fábrica funcionando, significa la destrucción irreversible del lago”. Este tipo de problemas morales ayudan a generar conciencia en los estudiantes y les permite hacer un análisis costo/beneficio real.

En la educación media superior y en la educación superior: debe enseñarse el trabajo inteligente = trabajo colaborativo + trabajo cooperativo. La importancia de plantear que el trabajo inteligente, es la resultante de la sumatoria del trabajo colaborativo con el trabajo cooperativo, y esto le permite a los estudiantes, comprender por qué este paradigma es exitoso en la actualidad. Por trabajo colaborativo debemos entender que una persona colabora con lo que sabe; es decir, aporta su conocimiento tácito y explícito a la solución de un problema y/o de una actividad. Por otra parte, coopera con lo que sabe hacer. De esta manera, se concatena el saber, con el saber-hacer. El binomio perfecto, para trabajar, tanto en las escuelas, como en las organizaciones.

Enseñar a partir del aprendizaje basado en proyectos y del aprendizaje basado en problemas. Si sumamos lo establecido en el punto anterior, con este rubro; estaremos en condiciones de generar un aprendizaje verdaderamente significativo, real, y oportuno en los estudiantes. El aprendizaje basado en proyectos consiste en una modalidad de enseñanza-aprendizaje centrada en tareas, también es un proceso compartido de negociación entre los participantes, siendo su objetivo principal, la obtención de un producto final. Adicionalmente, se busca aplicar el modelo educativo de investigación-acción, en el desarrollo de esta metodología de aprendizaje; su temporalidad es para un trimestre, un cuatrimestre, un semestre o un año lectivo. Por otro lado, el aprendizaje basado en problemas, se basa en el modelo educativo basado en competencias, y puede definirse como un proceso de indagación, que resuelve preguntas, curiosidades, dudas e incertidumbres, sobre fenómenos complejos de la vida. Su temporalidad es para una clase o un par de ellas. Para los dos tipos de aprendizaje, se utiliza el formato de trabajo inteligente.

El futuro de las universidades: 50% de sesiones presenciales y 50% de sesiones en línea. Este formato puede definirse como el complemento de las “clases al revés”. Es decir, el 50% de las sesiones presenciales corresponderá con la asistencia de los estudiantes al salón de clases a resolver problemas, ejemplos, ejercicios, prácticas de laboratorio, estudios de caso, etcétera. En esas sesiones, la interacción entre estudiantes y docentes es crítica e importante, porque el tiempo dedicado a ellas implicará el uso efectivo de los recursos didácticos y tecnológicos, del tiempo y del trabajo inteligente realizado por el grupo (incluyendo al docente). Por otra parte, el 50% de las sesiones a distancia corresponderá a las actividades que el estudiante realizará en su casa (lectura de documentos, textos, informes, libros, así como acceder a las clases impartidas por la inteligencia artificial, los sistemas expertos, la realidad virtual y los robots). Estas últimas actividades son responsabilidad absoluta de cada estudiante.

“El mito de los triunfadores” que no terminaron sus estudios. Poseer títulos universitarios es un requisito importante para el éxito laboral, aunque esos reconocimientos no necesariamente sean otorgados por universidades; también pueden provenir de otras organizaciones educativas e incluso corporativas (por ejemplo: Microsoft™, Cisco Sys™, Adobe Inc™). Lo anterior se establece debido a que existe el mito de que es posible ser exitoso, triunfador y multimillonario sin concluir los estudios universitarios. Casos sumamente aislados como los de Bill Gates, Mark Zuckerberg y Steve Jobs, son la excepción. La norma (la regla) es que personas exitosas y multimillonarias han concluido satisfactoriamente sus cursos universitarios. Por ejemplo, Jeff Bezos (dueño de Amazon™) se graduó en la Universidad de Princenton; Sheryl Sandberg (jefe de Operaciones de Facebook™) se graduó en la Universidad de Harvard; Elon Musk es egresado de la Universidad de Pensilvania.

Es decir, de acuerdo con estadísticas estadounidenses, el 94% de las personas más ricas en ese país concluyeron sus estudios en alguna universidad, por lo que la recomendación a los estudiantes de México es que concluyan sus estudios universitarios; eso les dará ventaja competitiva frente a quienes no hayan cerrado su ciclo universitario.

La universidad para toda la vida: el aprendizaje informativo, el aprendizaje formativo y el aprendizaje transformativo. En la actualidad hay una gran revolución educativa, producida en gran parte por los cambios en la naturaleza del mercado laboral que nos está obligando a quitarnos la idea de que la educación superior es algo que le ocurre a la gente en un cierto periodo de su vida. En realidad, dadas las condiciones del mercado del trabajo de esta segunda década del siglo XXI, la gente entrará y saldrá de las instituciones educativas durante toda su vida. Y esto no solamente ocurrirá por el muy justificado enriquecimiento personal, sino también por las demandas de un mercado laboral cambiante.

Finalmente, se explicará en qué consiste el aprendizaje, informativo, el aprendizaje formativo y el aprendizaje transformativo: el aprendizaje informativo se correlaciona directamente con la transmisión de información y de conocimiento(s), así como en el desarrollo de habilidades, destrezas y competencias concretas. Este aprendizaje puede desarrollarse en línea. El aprendizaje formativo se asocia con el pensamiento crítico y la ética. Queremos profesionales que cuestionen el entorno y además sean íntegros en el desempeño de sus actividades. Finalmente, el aprendizaje transformativo tiene que ver con el desarrollo del liderazgo y de transformar positivamente el entorno, siendo amigables con el ecosistema.

Los cinco tipos de docentes en el futuro: los actores expertos, los mentores o motivadores personales, los consejeros académicos, los evaluadores y los diseñadores y desarrolladores de clases personalizadas. Históricamente, estos cinco roles ya estaban conformados y configurados en el personaje llamado profesor. Sin embargo, lo que actualmente se está buscando es lograr una desagregación, para que los actuales docentes sólo desempeñen satisfactoria y efectivamente uno de dichos roles. Lo cual quiere decir que se busca que los docentes del presente y del futuro sean extraordinarios en desempeñar alguna de las cinco actividades de este último rubro. Si eso se logra muy pronto, las clases realmente tendrán un impacto positivo en el aprendizaje significativo de los involucrados en dicho proceso: los estudiantes mexicanos de los tres niveles (básico, medio superior y superior).

Lo desarrollado en los dos artículos dedicados a este tema no es querer “El mundo feliz” de Aldous Huxley. En realidad, lo que se busca es lograr que la educación en nuestro país realmente sea disruptiva, democrática, inclusiva, propositiva, visionaria, integral, funcional, ética, efectiva, innovadora, creativa y socialmente responsable. Las preguntas son muy simples: ¿Cuándo se logrará?, ¿cómo se hará?, ¿quién(es) lo llevará(n) a cabo?, etcétera.

La próxima semana, iniciaremos un nuevo tema. (Continuará…)

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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