Columna invitadaEconomía y Finanzas

El Sistema Nacional de Competencias: una alternativa para el desarrollo económico de las personas en México (parte 3)

“La mejor manera de predecir el futuro, es creándolo”: Peter Ferdinand Drucker


David Moisés Terán Pérez *

Estimadas(os) lectoras(es) de esta columna invitada semanal, le saludo cordialmente esperando se encuentren extraordinariamente bien. Hoy continuaremos desarrollando el tema que trata el Sistema Nacional de Competencias. Igualmente, espero que hayan visto y disfrutado los tres videos sugeridos la semana pasada sobre el estado de Baviera en el sur de Alemania, y si aún no los han visto, es una excelente oportunidad hacerlo hoy mismo.

En esta ocasión veremos datos, cifras, indicadores e información bastante interesante y también, muy triste sobre nuestro país, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Y como en otras ocasiones, se citarán las fuentes al final del texto, para que puedan ser consultadas, y puedan verificar la certeza y la validez de dicha información. Comencemos hoy, con el análisis de dos conceptos importantes: el índice de Calidad de Vida y el Índice de Complejidad Económico. Es muy importante entenderlos porque para que el Sistema Nacional de Competencias sea una propuesta viable para el desarrollo de las personas, y por ende, generen movilidad social ascendente, es sumamente relevante conocer esta información.

El Índice de Calidad de Vida (ICV) es un indicador que mide el bienestar percibido por la ciudadanía en los distintos territorios que integra nuestro planeta. Se han realizado diferentes metodologías para medir la calidad de vida de las personas. El estudio, publicado anualmente, evalúa a 38 países (35 miembros de la OCDE y tres socios) con base en 11 temas esenciales que son: La vivienda, los ingresos, el empleo, la comunidad, la educación, el medio ambiente, el compromiso cívico, la salud, la satisfacción, la seguridad y el balance vida-trabajo. De acuerdo al Imco (2017), los 11 temas analizados por el estudio, arrojaron los siguientes resultados para México [en la última actualización del Índice, México obtuvo una calificación promedio de 3.4 entre los 38 países evaluados (siendo 10 el máximo valor para cada indicador analizado) y sus resultados variaron en cada uno de los 11 temas seleccionados], la fuente de los resultados obtenidos, son de la Ocde en el año 2017:

Vivienda: se enfoca en las condiciones de la vida; por ejemplo, el número de habitaciones por persona, la cantidad de instalaciones con servicios básicos y el gasto en vivienda. La mejor calificación fue para los Estados Unidos de América con 7.9, mientras que México obtuvo una calificación de 3.9.

En México, el promedio de habitaciones por persona es uno, y las familias dedican un 21.7% de su ingreso a gastos de vivienda (cifra mayor al promedio de la OCDE que es 21%).

Ingresos: considera aspectos relacionados con los costos de vida, como el ingreso anual por familia y su patrimonio financiero. México obtuvo una calificación de 0.8. Los mejores resultados fueron para los Estados Unidos de América y Suiza con 10.0 y 7.9, respectivamente. En México, el ingreso familiar promedio per cápita es de 12 806 dólares al año (cifra mucho menor al promedio de la OCDE de 29 016 dólares) y aproximadamente el 18% de la población vive en condiciones de pobreza extrema.

Empleo: revisa factores relacionados con el trabajo, tales como las tasas de empleo y de desempleo, los ingresos anuales y la seguridad laboral. El país mejor evaluado fue Islandia con 9.7. Por otro lado, México obtuvo una de sus calificaciones más altas con 6.1.

Comunidad: ce concentra en la calidad de la convivencia, principalmente en la pertenencia a una red de apoyo social. Nueva Zelanda obtuvo la calificación más alta con 8.8, mientras que México obtuvo su calificación más baja con 0.0. En México, el 75% de las personas creen que conocen a alguien en quien pueden confiar cuando lo necesitan, mientras que el promedio de la OCDE es del 88%.

Educación: se enfoca en la calidad de la educación a partir de factores como la permanencia en el sistema educativo, las tasas de graduación y las competencias de los estudiantes. Finlandia recibió la calificación más alta con 9.3, mientras que México obtuvo 0.7 (la más baja de todo el grupo). En México, sólo el 34% de los adultos entre 25 y 64 años de edad ha terminado la educación media superior.

Si bien los resultados en educación fueron más bajos en comparación con otros países, México ha mejorado desde 2000. Por ejemplo, desde 2003 las calificaciones de la prueba PISA en matemáticas han mejorado entre niños y niñas en 30 y 26 puntos, respectivamente.

Medio Ambiente: explora aspectos relacionados con la contaminación ambiental, especialmente en torno a la calidad del aire y del agua. Noruega e Islandia obtuvieron las mejores calificaciones con 10.0 y 9.7, respectivamente. México obtuvo 5.7, sobre países como Brasil, Chile, Grecia y Rusia. En México, los niveles de partículas PM2.5 son de 11.9 microgramos por metro cúbico, cifra mayor al límite anual recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), (que es de 10). Solo 68% de los habitantes en México dicen estar satisfechos con la calidad del agua.

Compromiso cívico: Se refiere a la calidad de la participación ciudadana, principalmente en los procesos electorales y en la toma de decisiones; por ejemplo, en la elaboración de leyes México obtuvo el tercer lugar con un puntaje de 6.6, solamente detrás de Australia y Bélgica con 8.6 y 7.1, respectivamente. En México, la participación electoral fue del 63.1% de las personas registradas y el nivel de participación de los interesados en la elaboración de regulaciones fue de 3.5 (en una escala de 0 a 4), la cifra más alta de la OCDE cuyo promedio es 2.4.

Salud: considera indicadores que reflejan el bienestar en términos de esperanza de vida y la percepción de las personas sobre su salud. Los países con el puntaje más alto fueron Nueva Zelanda y Canadá con 9.6. La calificación de México fue 6.1. La esperanza de vida en México ha incrementado a casi 75 años; sin embargo, permanece cinco años por debajo del promedio de la OCDE (que es de 80 años).

Satisfacción: busca medir la felicidad a través de la percepción de los ciudadanos, sobre los aspectos de su vida en conjunto. En la evaluación general México obtuvo 5.0 de calificación. Noruega recibió 10.0, seguido por Suiza cono 9.9. Al pedir que los participantes calificaran su satisfacción ante la vida (en una escala del 0 al 10), los mexicanos asignaron una puntuación de 6.2, puntaje menor al promedio de la OCDE (6.5).

Seguridad: evalúa aspectos relacionados con el riesgo de ser víctima de un delito, incluyendo las tasas de homicidio y la percepción de vulnerabilidad. México recibió la segunda calificación más baja con 0.7, sólo por encima de Brasil. Noruega obtuvo 9.8, el puntaje más alto. Según la información más reciente de la OCDE, la tasa de homicidios en México es de 23.4, cifra mucho mayor que el promedio de la organización que es 4.0. Además, solamente el 39.9% de las personas, se sienten seguras al caminar a solas por la noche.

Balance Vida-Trabajo: mide la capacidad de mantener un equilibrio adecuado entre el trabajo y las actividades cotidianas, tomando en cuenta los horarios de trabajo, así como el tiempo dedicado al ocio. La calificación más alta fue para los Países Bajos (Holanda) con 9.4. México obtuvo 2.1, quedando sólo sobre Turquía. En México, el 28.3% de los trabajadores tienen jornadas de más de 50 horas a la semana, mientras que sólo dedican 12.8 horas a actividades de ocio y a su cuidado personal.

Como puede observarse de los resultados anteriores, existen en México rubros con indicadores realmente desastrosos como el 0.8 en Ingresos, 0.0 en Comunidad, 0.7 en Educación, 0.7 en Seguridad y apenas 2.1 en Balance Vida-Trabajo, así como 6.1 en Empleo. Estos valores son sumamente preocupantes porque México es un país inmensamente rico, pero empobrecido a lo largo de la historia, con ventajas competitivas como su extensión territorial (casi 2 millones de kilómetros cuadrados), su ubicación geográfica (latitud, longitud y altitud), con 22.2 kilómetros (12 millas náuticas) de mar territorial en el océano Pacífico, el golfo de México y el mar de Cortés en su totalidad; la quinceava reserva internacional de petróleo a nivel mundial.

También, México tiene el primer lugar como productor de plata en el mundo, el tercero de bismuto, el quinto de plomo, el noveno de oro y el undécimo de cobre. Entonces, ¿cómo es posible que con todos estos recursos este país esté con indicadores de vergüenza en el ámbito internacional? No basta quedarse con “el catálogo de agravios”, debemos ser responsables y ofrecer soluciones viables y factibles para ayudar a resolver estas condiciones que actualmente son desfavorables.

El Índice de Complejidad Económica (ICE): exportar siempre es bueno para una economía, puesto que supone atraer capitales. Pero no todos los productos que salen de un país con destino a otro tienen el mismo trabajo detrás. Algunos precisan de más conocimiento que otros.

La complejidad económica mide justamente eso: el conocimiento. ¿Cómo lo hace? La economía es una ciencia social, pero cada vez está más impregnada de datos, números, cifras, variables, estadísticas (descriptiva, inferencia y no paramétrica). Se trata de conseguir que todo sea cuantificado y pueda meterse en una hoja de cálculo y/o en una base de datos relacional.

Incluso los conceptos más abstractos se intentan, muchas veces con éxito, llevarlos al terreno de las matemáticas. Hoy se habla de uno de éstos, con la intención de entender cómo se mide la intensidad relativa de conocimiento de una determinada economía.

Se trata del Índice de Complejidad Económica (ECI, por sus siglas en inglés), una variable definida y estudiada por The Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). De acuerdo con su explicación, el ICE “mide la intensidad de conocimiento de una economía, tomando en cuenta la intensidad de conocimiento de los productos que exporta” (OEC, 2020).

Por poner un ejemplo: un teléfono móvil lleva dentro muchos componentes (la cámara, la pantalla, el procesador, la memoria, etcétera). Para fabricar cada uno de ellos, hay que tratar de forma cuidadosa distintos materiales, encajar unos con otros y dotarlos de coherencia y de conectividad. Es un producto complejo cuya fabricación requiere de mucho conocimiento. El agua embotellada es, evidentemente, bastante más sencilla de producir. Se obtiene de un manantial y se mete en botellas de plástico o de cristal. Si un país exporta muchos teléfonos móviles, su complejidad económica será mayor que uno que exporte solamente agua embotellada.

En conclusión, el Índice de Complejidad Económica (ICE) mide qué tan diversificada y compleja es la canasta de bienes exportados por un país, determinado por los conocimientos y las capacidades productivas acumuladas. El ICE se calcula por medio de dos variables: la diversidad (mide la variedad de productos que un país produce) y la ubicuidad (cuantifica el grado de especialización que requiere la producción de cada producto). Y en este rubro, México se encuentra en el lugar 22 de 124 países analizados. Se debe considerar que los tres primeros lugares son Japón, Alemania y Suiza, países pobres en recursos, pero inmensamente enriquecidos. Nuevamente, México se encuentra en una posición de verdadera lástima, a pesar de tener inmensamente más recursos que los tres países citados. ¡México es un país rico, pero históricamente empobrecido!

La próxima semana analizaremos la movilidad social, así como las habilidades rentables, con el objetivo de comenzar a plantear la propuesta de que podrá mejorarse la situación de las personas que se encuentran en los niveles socioeconómicos D+ y C+ a través de la certificación de sus competencias laborales, y que eso represente la ventaja competitiva que requieren para lograr una movilidad social ascendente en el mediano plazo (de uno a tres años), así como poder insertar a las personas de los niveles D y E en las empresas, a través de que desarrollen habilidades rentables, y su inserción al mercado laboral sea en el corto plazo (en promedio 60 días). Eso se logrará a partir de desarrollar y ofertar los cursos de habilidades rentables, derivados de consultar el Catálogo Nacional de Ocupaciones del Sistema Nacional de Empleo. (Continuará…)

Referencias

Instituto Mexicano para la Competitividad. (2017). Índice para una vida mejor (2017), vía la OCDE. México: IMCO. Recuperado de: https://imco.org.mx/indice-una-vida-mejor-2017-via-ocde/ (Consultado el 1° de Agosto del 2021).

Observatorio de Complejidad Económica. (2020). Índice de complejidad económica en el mundo. OEC. Recuperado de: https://oec.world/es/ (Consultado el 1° de Agosto del 2021).

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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