Los tres cerebros (parte 2)
• En el cerebro, el corazón y el estómago se encuentran neuronas que se enlazan, participan y regulan funciones cognitivas emocionales y/o intelectuales
Verónica Bracho Alburquerque *
Recapitulando el artículo anterior, recordemos que el ser humano posee tres cerebros: uno ubicado en el cerebro, otro en el corazón y otro en el estómago. En estos órganos se encuentran neuronas que se enlazan, participan y regulan funciones cognitivas emocionales y/o intelectuales, así como también mantienen en buen estado el sistema inmunitario. Pero la gran interrogante es ¿qué hacer para coordinar estos tres cerebros?
Cuando el amor, la sensibilidad y la apatía están desequilibrados traen consigo trastornos psíquicos, físicos y emocionales, y esto se relaciona con problemas de tristeza. Los especialistas nos recomiendan seguir continuamente estos pasos:
• Meditar unos minutos diarios nos conecta con nuestro corazón y nuestro yo.
• Conectar con la naturaleza y la buena música: cuidar el entorno vibratorio.
• Mantenernos en piloto de “testigo” ante nuestros pensamientos y emociones.
• Responsabilizarnos de los hechos: lo que determina la vida es aquello que se decide hacer con lo que sucede. No se determina la vida con lo que sucede.
• Aprender a confiar en la intuición.
• Cultivar el silencio y tener periodos de soledad.
• Vivir en sencillez.
La meditación, acompañada por una respiración con actitud, es una herramienta que ayuda a sincronizar el corazón, la mente y el cuerpo para darle una coherencia psicofisiológica más poderosa.
Se recomienda esta técnica unas cinco veces al día para realizar un cambio de actitud duradero, incrementando la conciencia y la claridad.
La técnica de respirar con actitud consiste en:
1. Enfocar la atención en el corazón cuando se inhale y en el plexo solar cuando se exhale. El plexo solar se encuentra unas cuatro pulgadas debajo del corazón, justo debajo del esternón, donde los lados derecho e izquierdo de la caja torácica se juntan.
2. Practicar esta respiración durante 30 segundos o más para ayudar a anclar la atención y la energía ahí.
3. Después, escoger alguna actitud o pensamiento positivo para inhalar y exhalar durante 30 segundos o más.
Se pueden practicar diferentes combinaciones de actitudes que uno quiera desarrollar. Se puede inhalar gratitud y exhalar humildad, por citar un ejemplo. Se puede decir internamente: “Respiro tranquilidad, “respiro valentía”, “respiro riqueza” o cualquier actitud o sentimiento que se quiera o necesite.
Si al principio de la práctica no se siente el cambio esperado, no hay que desanimarse, es poco a poco y tampoco es de preocupación, pues está comprobado científicamente que la meditación auxilia en el funcionamiento óptimo del cerebro y de las emociones; incluso, ayuda a alcanzar un estado en el cual se obtiene más objetividad y se ahorra energía.
Iniciar estas prácticas en estas fechas navideñas motiva aún más para realizar los cambios positivos que tenemos en mente para iniciar un nuevo año.
Saludos y ¡hasta la próxima!
Referencia:
https://www.albertoomarwalls.com/2013/01/29/la-t%C3%A9cnica-de-respirar-con-actitud/