Nuestra percepción del tiempo

¿Por qué sentimos que el tiempo pasa más rápido después del confinamiento?
🖋 Salvador Echeagaray Guerrero *
Después del tiempo que pasamos en confinamiento por la pandemia de Covid-19, el tiempo parece estar pasando más rápido que antes. No significa que la tierra está girando más deprisa, sino que la explicación se da dentro de nosotros, o sea, tiene raíces psicológicas y neurológicas que explican las causas de que nuestra percepción del tiempo haya cambiado.
1. RUTINA Y LUEGO, NOVEDAD
Durante el confinamiento, nuestras rutinas diarias se volvieron extremadamente previsibles. Sin desplazamientos, eventos sociales siempre “guardados”, los días se volvieron monótonos. Nuestra mente tiende a “comprimir” recuerdos similares, haciendo que ese tiempo parezca más corto. Por otra parte, cuando la vida volvió a ser más activa, llena de estímulos, salidas, sociabilidad, el cerebro empezó a registrar más “espacios temporales”, creando la ilusión de que el tiempo corre más rápido.
2. EFECTO DE CONTRASTE
El confinamiento fue una especie de stand by (pausa). Al salir de ese estado de suspensión, de aletargamiento, el regreso a la actividad se sintió repentino. De repente ya estábamos fuera de casa, las calles llenas de autos, los comercios y lugares públicos con un “gentío”. Ese contraste entre la lentitud del encierro y el ritmo actual de la vida crea una percepción de aceleración del tiempo.
3. MUCHAS ACTIVIDADES
La mayoría de las personas intenta “recuperar el tiempo perdido” llenando sus agendas con vida social, actividades varias, como viajes, salidas, incluso sin causa explícita. Este exceso de actividad genera una percepción de que los días no alcanzan, aumentando la sensación de que el tiempo avanza más rápido.
4. LA EDAD Y LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO
Además, es importante considerar que la percepción del tiempo cambia con nuestros años. Al envejecer, los años representan una porción más pequeña de nuestra vida total. Por ejemplo, un año para un niño de 10 años es el 10% de su vida; para alguien de 40, es solo el 2.5%. Después del confinamiento, este efecto se volvió más evidente al comparar la pasividad del encierro con la intensidad del presente.
5. ANSIEDAD Y EXPECTATIVA
Durante la pandemia, muchas personas vivían en un estado constante de espera: por una vacuna, por el regreso a la normalidad, por la posibilidad de ver a sus seres queridos. Esa espera hizo que la percepción del tiempo, se tornara lenta. Una vez superado ese estado, la ansiedad por el futuro y la velocidad de los cambios han contribuido a esta percepción de que el tiempo pasa más rápidamente.