Columna invitada

Los modelos educativos representativos en el mundo: Modelo de Investigación-Acción y Modelo Basado en Competencias (parte 1)

“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto sino un hábito”: Aristóteles


David Moisés Terán Pérez *

Excelente día estimadas(os) lectoras(es). Este día comenzaremos una nueva saga. Esta vez analizando los modelos educativos más representativos en la actualidad: el Modelo de Investigación-Acción y el Modelo Basado en Competencias.

Cada uno tiene una filosofía y una mística específica, amén de ventajas y desventajas. Empero, son los que hoy en día están en boga y es necesario conocerlos para saber con detalle por qué es que ciertas regiones del mundo tienen a los países más desarrollados del orbe, mientras que otros países están empobrecidos.

Uno de los aspectos importantes que diferencian a unos de otros es su modelo educativo. Es por esta razón que los estudiaremos a partir de este día. Es muy interesante saber por qué México, siendo un país sumamente rico en recursos, está empobrecido, mientras Japón, que sólo tiene agua de mar a su alrededor, sea un país rico.

Comencemos entendiendo en qué consiste cada modelo, para posteriormente responder la pregunta: ¿por qué México, siendo un país muy rico en recursos, está empobrecido? La respuesta es multifactorial, pero un aspecto relevante es el modelo educativo que históricamente se ha tenido y mantenido.

El Modelo de Investigación-Acción: la importancia de la investigación-acción está justificada en la innovación para la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje, en las instituciones educativas en sus tres niveles (básico, medio superior y superior).

Por otra parte, la investigación-acción es un camino para el desarrollo profesional. En esta línea se argumenta que es posible que los docentes (también otros profesionales prácticos) mejoren sus habilidades, destrezas y/o competencias para la ejecución de sus tareas en el campo donde se desempeñan. Dadas las características connaturales de los escenarios escolares, el educador encuentra ahí un espacio propicio para identificar temas y problemas inmediatos, comprenderlos, recrearlos y transformarlos.

La vida escolar facilita el perfeccionamiento de capacidades investigadoras para identificar problemas, observar, registrar, interpretar la información, experimentar, planear, evaluar y escribir. Es por ello que dentro de la investigación- acción se puede encontrar a la investigación-acción educativa como escenario y método potenciador del saber pedagógico o andragógico (en el caso del aprendizaje de los adultos).

El docente que se inicia en el ejercicio profesional pedagógico logra, según Kurt Lewin (citado por Restrepo Gómez, 2004), gracias a la investigación-acción, una crítica a la propia práctica profesional que se conoce como primera fase o fase de construcción. En esta fase el docente vive un proceso de deconstrucción que va más allá de un auto examen de la práctica profesional y debe terminar con el encuentro de un saber pedagógico que justifique dicha práctica.

El mismo autor menciona una segunda fase de la investigación-acción educativa, en la que la práctica profesional es reconstruida de manera que exista un diálogo entre teoría y práctica sustentado en un saber pedagógico o andragógico subjetivo, individual y funcional.

Finalmente, se llega a la tercera etapa, en la que tiene lugar la validación de lo que hasta ahora ha sido ejecutado, la efectividad de la práctica alternativa y el grado de cumplimiento de los propósitos educativos planteados. Así, se llega a lo que para Kurt Lewin son las tres fases de la metodología de la investigación-acción educativa. La tercera fase se reconoce como un final de ciclo interno, puesto que este tipo de investigación se recrea permanentemente.

El modelo curricular de investigación-acción fue propuesto por Lawrence Stenhouse (1985, 1991) en su intento por encontrar un modelo de investigación y desarrollo del currículo.

Stenhouse afirma que el currículo es un instrumento potente e inmediato para la transformación de la enseñanza, porque es una fecunda guía para el instructor. En ese sentido, las ideas pedagógicas o andragógicas se presentan como más importantes para la identidad personal y profesional del profesor que como algo útil para su actividad práctica. Esta premisa explica la separación entre teoría y práctica, y entre investigación y acción.

Según Stenhouse, para que el currículo sea el elemento transformador debe tener otra forma, y un proceso de elaboración e implementación diferente. Un currículo, si es valioso, a través de materiales y criterios para llevar a cabo la enseñanza expresa una visión de lo que es el conocimiento y una concepción clara del proceso de la educación. Proporciona al profesor la capacidad de desarrollar nuevas habilidades, relacionando éstas con las concepciones del conocimiento y del aprendizaje.

Para Stenhouse, el objetivo del currículo y el desarrollo del profesor deben ir unidos. El Modelo de Investigación-Acción que propone Stenhouse está basado en un proceso que comprende ciertos elementos básicos:

  • Respeto a la naturaleza del conocimiento y a la metodología utilizada para que dicho conocimiento sea aplicado en la cotidianidad.
  • Consideración con el proceso de aprendizaje.
  • Enfoque coherente al proceso de enseñanza.

Según Stenhouse, la mejora de la enseñanza se logra a través de la mejora del arte del profesor, y no por los intentos de mejorar los resultados de aprendizaje. El currículo capacita para probar ideas en la práctica, para que el profesor se convierta en un investigador de su propia experiencia de enseñanza. Los elementos que se articulan en la práctica para dar paso a lo que se conoce como investigación-acción están relacionados con la labor del profesor. Éste debe ser autónomo y libre, debe tener claros sus propósitos y siempre ser guiado por el conocimiento.

La investigación es el potencial del estudiante, la preocupación del mismo, su colaboración y el perfeccionamiento de su potencial.

La acción es la actividad realizada en acorde con lo teórico para desarrollar el potencial del estudiante.

En definitiva, el modelo curricular de Lawrence Stenhouse es una tentativa para comunicar los principios y los rasgos esenciales de un propósito educativo, de forma tal que permanezca abierto a una discusión crítica y pueda ser trasladado efectivamente a la práctica. Para ello, un excelente currículo debe estar basado en la praxis. (Continuará…)

Referencias:

Restrepo Gómez, Bernardo. (2004). La investigación-acción educativa, y la construcción del saber pedagógico. Bogotá, Colombia: Universidad de la Sabana.

Stenhouse, Lawrence. (1985). La investigación como base de la enseñanza. Madrid: Morata.

Stenhouse, Lawrence. (1991). Investigación y desarrollo del currículo. Madrid: Morata.

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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