• A la mitad de su periodo, el alcalde de Mixquiahuala asegura que el municipio avanza en la atención de las necesidades más urgentes; se someterá a revocación de mandato
Miguel Alburquerque – MIXQUIAHUALA DE JUÁREZ
A punto de cumplir dos años al frente de la presidencia de Mixquiahuala, el alcalde José Ramón Amieva Gálvez aseguró que su gobierno avanza en el establecimiento de una ruta administrativa que permita atender las necesidades más urgentes y las aspiraciones más importantes de los habitantes del municipio.
En entrevista, el funcionario destacó que no sólo ha mantenido sino incluso ha ido perfeccionando su política anti “moches” y “diezmos”, pues este año todas las contrataciones y adquisiciones se realizarán mediante procedimientos de licitación pública, donde prometió “piso parejo” para quienes tengan interés en concursar.
“Lo que quiero es empresas que cuenten con un soporte técnico importante; que nos cobren barato, a buena calidad y a buen tiempo… y lo van a tener. En las contrataciones que tuvimos este año no estuvo ni el compadre, ni el amigo, ni el cuate, ni la pareja. No estuvieron ahí, y lo que queremos es continuar con eso”, subrayó.
De acuerdo con el edil, esta estrategia ha permitido ahorrar entre 10 y 15 por ciento en las obras realizadas y destinar ese recurso, por ejemplo, a la compra de vehículos operativos, además de que no se ha invertido un solo peso en el edificio de la presidencia municipal. “Los escritorios están como nos los dejaron; estamos prácticamente igual, porque lo que queremos es destinar a la gente ese recurso”.
Al igual que en su primer año de gestión, el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México sigue donando su salario de 27 mil 700 pesos quincenales para obras y proyectos en comunidades de Mixquiahuala.
El ejercicio es muy sencillo: “Llega el cheque, ya está la comunidad y el proyecto, yo endoso el cheque y se los entrego”, dijo.
“Lo sigo donando, primero, porque no llegué a ser presidente para obtener un sueldo, sino porque quiero transformar las cosas; segundo, no estaba en mis planes inmediatos volverme a meter a trabajar al gobierno, pero llegué allí no porque yo quisiera ser, sino porque no iba a permitir que llegaran personas que fueran a destrozar a Mixquiahuala, a robar a Mixquiahuala”, agregó el edil.
“Es dinero del pueblo y se lo devuelvo al pueblo. Vivo de lo que públicamente está declarado y voy a seguir en eso. Sí se necesita el dinero. Claro que con ese dinero podría darme muchos gustos, pero qué mejor que dárselo a la gente”.
Sobre la ruta administrativa que ha seguido el municipio, explicó que el primer paso consistió en garantizar que los servidores públicos cumplieran con las premisas de “no mentir, no robar y no traicionar”, además de generar cambios en la orientación del gasto público para tener un gobierno honrado y eficiente.
Resaltó que el presupuesto se ha destinado a obras de infraestructura urbana donde se considera la vocación agrícola de las comunidades, así como a proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de las personas, como casas de cultura, parques lineales, un libramiento que agilice la movilidad entre Mixquiahuala y Progreso y clínicas de salud para atender no sólo emergencias, sino también especialidades y pacientes con enfermedades crónico-degenerativas.
“Y el tercer eje, que si bien es cierto no es un tema de presupuesto, es el rescate y la difusión de los usos, costumbres, valores y visión que tenemos los mixquiahualenses”.
Amieva Gálvez anunció que después de su segundo informe enviará el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) un oficio para promover un proceso de revocación de mandato en el municipio.
– ¿No le teme?
– Claro que le temo, porque el pueblo pone y el pueblo quita. Si al pueblo no le parece, si la mayoría no es compatible con lo que pienso y hago, me daría desilusión no estar como presidente; pero eso lo compensaría que me mantuve firme en mis principios y en lo que señalé en mi campaña.
