Cena navideña
“Paz en los hombres de buena voluntad”. Lucas 2:14
Verónica Bracho Alburquerque *
Cada país tiene sus costumbres, sus tradiciones y su idiosincrasia, y la cena navideña no es la excepción, cada casa aporta su estilo, su gusto y lo principal, su sazón.
La cena navideña es el momento en el que todos participamos sin ninguna restricción, olvidando incluso las restricciones médicas para evitar algunos alimentos, pero, ¿por qué ese actuar del ser humano tan peculiar en estas fechas?
Algo muy claro es la abundancia de comida, así como su variedad en todas partes: en los mercados, en las tiendas, en los restaurantes, así como la misma publicidad para su consumo, y a ello agregamos las interminables invitaciones de comida en los centros de trabajo, con los familiares, con los amigos.
Sumemos también los regalos que recibimos, que generalmente son de postres -chocolates y galletas-. También se llega a comer de más por complacer, para evitar “el desaire”, “porque es gratis”, “por tradición”, en fin…
En una entrevista de la Deutsche Welle (una reconocida cadena de televisión alemana) a un etnólogo cultural alemán, comentó que la sociedad está regulada con alimentos y bebidas nutricionales, pero esto no va de la mano con las necesidades emocionales de cada persona; y las empresas siempre están buscando esos huecos para evadir esas restricciones alimentarias, y la Navidad es un gran pretexto que sirve de válvula de escape para comer más.
Gunther Hirschfelder resaltó que la sociedad siempre está en tiempos de cambio e incertidumbre, siempre se tiene miedo al presente y al futuro, y este comportamiento ha sido desde que el hombre existe -y este miedo crea la necesidad de convertir lo cotidiano en algo especial-, y las fiestas navideñas nos permite olvidar este vacío.
Finalmente, la Navidad nos llena con sus momentos de paz y convivencia, sin olvidar que desafortunadamente no todo es positivo ni perfecto y tenemos a esos países que están continuamente en guerra, o a personas que viven en extrema pobreza y/o a pequeños en la orfandad y/o la violencia; y que los sistemas políticos y la misma sociedad no han querido apoyar ni solucionar.
Deseando que estos días sean de reflexión para ser mejores personas, les envío un “abracho fraterno”, como dice mi querido tío Eduardo Bracho, a ustedes, lectores de La Verdad Hidalgo.
Anexo una pequeña galería de cenas navideñas en el mundo:
Referencia:
https://www.dw.com/es/alemania-por-qu%C3%A9-comemos-tanto-en-la-%C3%A9poca-navide%C3%B1a/a-46777749
