Columna invitada

Desarrollo humano: la importancia de las habilidades directivas en las organizaciones del siglo XXI, (parte 7)

“Si quiere ser rico, aprenda y estudie sobre la riqueza”: James Emanuel Rohn


David Moisés Terán Pérez *

Amigas(os) lectoras(es) de esta columna invitada. Buenos días. Hoy terminaremos el tema del “Cuadrante de las Inteligencias” estudiando y analizando el cuadrante de la “Inteligencia Financiera”. Tema sumamente importante en el equilibrio de vida que cualquier persona debe tener, porque es difícil ser un gerente o un directivo a quien todos los días desde las 7 y hasta las 22 horas, le estén llamando los bufetes de cobranza de los bancos, de las tiendas departamentales o de cualquier otra negociación con la que tenga adeudos. Es imposible concentrarse y ser productivo, si se está siendo acosado y buscado por las entidades financieras y/o departamentales a todas horas. Y el problema radica en que ni en las escuelas, ni en las casas, se habla y se trata el tema de las finanzas personales; y, por ende, de la inteligencia financiera. Por lo que, invocando la salud física, la mental, la emocional y la espiritual, vamos a analizar este importante tópico.

En primera instancia: ¿qué es la inteligencia financiera? “Es la capacidad que tienen las personas para estudiar, analizar y comparar oportunidades de inversión que permita desarrollar y optimizar las fuentes de ingreso. Se puede resumir como las habilidades para resolver problemas y/o conflictos relacionados con el dinero”. Los expertos en finanzas tanto personales como en las empresariales, identifican tres pilares de la inteligencia financiera:

  • Control y regulación de gastos emocionales e innecesarios: es decir, debe hacerse un presupuesto mensual que especifique claramente el monto de los ingresos y de los egresos, así como determinar claramente todos los pasivos (deudas) que se tienen y el total de activos (ingresos) con los que se cuenta, para mantener el estilo y la calidad de vida. Lo recomendable es que siempre los ingresos sean mayores a los egresos, para tener equilibrio financiero. No gaste su dinero de manera emocional, eso lo arruinará.
  • Estudio y desarrollo de tácticas y de técnicas que permitan el ahorro y el consumo adecuado: considerando que el ahorro debe invertirse; de otra manera, la inflación hará que al paso de unos cuantos meses su poder adquisitivo sea sumamente restringido y/o limitado.
  • Identificar nuevas fuentes de ingreso económico con estrategias de ingreso y/o con inversiones: para esto, se recomienda comenzar a generar diversos flujos de ingresos pasivos, que ayuden a lograr la anhelada libertad financiera. Se recomienda que las personas generen cuatro maneras de incrementar sus ingresos a través de generar ingresos pasivos mediante: intereses (invertir en Cetes), dividendos (comprando ETF´s o fondos de inversión cotizados), regalías (a través de la publicación y de la venta de cursos y/o de libros) y rentas (a través del alquiler de casas-habitación). Obviamente, se requiere comenzar desde lo básico, para que paulatinamente pueda accederse a maneras más competitivas para invertir y obtener dividendos.

Una de las ventajas de desarrollar la inteligencia financiera es que mejoran las finanzas personales, y también se gestionan y/o se invierten mejor los ahorros para obtener mayor rentabilidad. La inteligencia financiera consiste inicialmente en destinar un 10% de los ingresos al ahorro para posteriormente hacer que esos recursos crezcan, pues la idea de invertir es poner a “trabajar” el dinero y utilizar los intereses a favor de quien invirtió. No es necesario ser un gran inversionista para aprender algunas técnicas que faciliten el entendimiento y la gestión de nuestras finanzas personales. ¿Cómo empezar? Comenzar a pensar como un financiero es sencillo. Hay que empezar por lo básico:

  • Pierda el miedo a hablar de temas financieros, tanto en su casa como en su espacio de trabajo.
  • Incrementa su vocabulario financiero.
  • Familiarizarse con los temas de finanzas, de economía, y de cultura financiera; así como de opciones de inversión.
  • Busque información en periódicos, en libros, en artículos de opinión, en sitios en la Internet, así como en videos relacionados con el tema.

Esto le permitirá comenzar a identificar herramientas que serán de gran utilidad para su contexto y sus condiciones económicas. También le hará más sencillo tomar decisiones personales para cuidar sus ingresos y destinar recursos a una posible inversión, sin afectar sus ahorros. Por otra parte: ¿Para qué sirve la inteligencia financiera? El ideal de las personas que quieren ser libres financieramente, es no depender de un empleo, teniendo diferentes fuentes de ingresos pasivos. Llegar a ese escenario, implica varios pasos previos que aquí se enlistan:

  • Conciencia monetaria: hay que ser consciente de cuánto le cuesta ganar cada peso, y de la importancia de no gastarlo de manera inadecuada. Por favor, piense a largo plazo.
  • Evitar y/o limitar los créditos al consumo: enfocar los esfuerzos financieros en consolidar el ahorro siempre será más importante. Además, es una disciplina que funcionará cuando se dé la oportunidad de comenzar a separar un monto que se destine a una inversión y/o a un emprendimiento. Trate de no utilizar su(s) tarjeta(s) de crédito para pagar su estilo de vida cotidiano. Si por alguna razón debe utilizar el crédito, trate que sea solamente para apalancar un negocio.
  • Ahorro: es la disciplina para separar un porcentaje del ingreso mensual a una reserva que funcionará para necesidades futuras. Trate de que al menos sea un 10% de su ingreso real. Esto significa: ¡Páguese a usted mismo, antes de pagar a los demás!
  • Presupuesto de gastos: calcular detalladamente los egresos mensuales, permite identificar qué cantidad de dinero se debe destinar a consumo y cuánto al ahorro, para invertirlo posteriormente. Además, de que es posible identificar un eventual excedente que pueda destinarse a la inversión.
  • Invertir: El ahorro también corre el riesgo de la depreciación por la inflación. Es por eso que se recomienda que cuando se dispone de dinero para invertir, se busquen instrumentos y/o vehículos financieros que permitan proteger esos recursos; e incluso, beneficiarse de los intereses que generen a través de planes de pensiones, bolsa de valores, mercados de divisas y/o fondos de inversión. También se pueden adquirir propiedades para arrendar a futuro o se pueden comprar insumos para iniciar un negocio.

Por lo que la inteligencia financiera es el conjunto de habilidades necesarias para resolver problemas financieros; además de tener la capacidad de aumentar los ingresos y/o de disminuir los gastos. Pero cuando no lo logramos, es porque estamos incurriendo en algún error. Aquí los más comunes:

  • No disponer de un plan financiero.
  • No dejarse asesorar.
  • No calibrar bien los riesgos.
  • No establecer objetivos y metas financieros(as) viables a corto, mediano y largo plazo(s).

Si las cosas se le salieron de las manos, tampoco es el fin del mundo. Sólo hay que reorientar los esfuerzos y aprender de los errores para no volver a cometerlos. Debemos aprender lo suficiente, para lograr la libertad financiera a la brevedad posible, para poder disfrutar de la vida en plenitud.

Para concluir este tema del “Cuadrante de las Inteligencias”, debemos establecer que los cuatro cuadrantes son todos igualmente importantes; es decir, que cada uno aporta un 25% del gran total. Lograrlo significa ¡equilibrio absoluto y total en nuestras vidas!

Por lo que, amables lectoras(es), la invitación es estudiar, aprender y aplicar todo lo relacionado con estos cuatro cuadrantes. Verán una real transformación para bien en sus vidas. Dentro de nuestras habilidades directivas, es nuestra obligación desarrollar estas inteligencias de manera inmediata. Su familia, su empresa o su negocio, la sociedad, el país y usted mismo(a), lo agradecerán. La próxima semana abordaremos el último tema de esta saga, que tiene que ver con la calidad en el servicio al cliente. (Continuará…)

* Ingeniero Mecánico Electricista por la UNAM. Maestro en Microelectrónica por la Université Pierre et Marie Curie de París. Maestro en Alta Dirección por el IPADE. Maestro en Ciencias de la Educación por la UVM. Doctor en Educación por la UPN. Académico en la UNAM por 30 años. Director de los Centros Autorizados de Servicio (CAS) en Hewlett-Packard de México. Líder de Proyecto Eléctrico en Siemens México. Autor de seis libros publicados por Alfaomega Grupo Editor. dmtp040964@gmail.com

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