La querida Mafalda

• Para mi querido amigo, el tremendo Macario Mercado Vargas
🖋 Verónica Bracho Alburquerque *
En este mes de julio se recuerda el nacimiento de otro gran caricaturista de lengua castellana: Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como Quino. Un argentino, nacionalizado español, quien recibió innumerables premios y reconocimientos internacionales por sus magníficas obras, de la cuales, la más importante fue Mafalda, que ha sido traducida a más de 30 idiomas.
Les cuento mi historia relacionada con Mafalda: Yo cursaba el tercer año de secundaria en la querida Escuela Secundaria Federal Número 1 en esta ciudad de Pachuca, con un grupo de alrededor de 50 estudiantes, y a uno de mis compañeros, a quien recuerdo sentado en su butaca, doblado de la risa leyendo un tipo cuadernillo de dibujos, le pregunté qué leía y qué le causaba tanta risa.
Mi compañero, de nombre Roberto Moreno, me contestó que era Mafalda, le pedí me prestara su cuadernillo y desde ese momento hasta la fecha nunca he soltado a Mafalda.
Posteriormente, unos años más adelante, estudiando en la Preparatoria Número 1, en la ciudad capital de Hidalgo, habían pegado en todos los pasillos de la escuela unos carteles de invitación a una fiesta; y en esos carteles estaba Mafalda, pues cuál fue mi sorpresa que mi amigo Macario Mercado Vargas, al que llamo “Patitas”, había puesto en todos los carteles mi nombre indicando que yo era Mafalda. Ese bonito detalle de mi amigo Macario se quedó grabado en mi corazón.
En la Universidad, mi padre me compró la edición completa de Mafalda, así que conocí su historia.
En la maestría, en la asignatura Excelencia en la Calidad Educativa, en el año 2012, presenté un trabajo para la evaluación final, y mi apoyo gráfico y de conocimientos fue precisamente de Mafalda.
Hace un mes, mi hijo Gerardo me regaló un dibujo hecho por él de Mafalda y un llavero y yo me compré una playera con la imagen de esta niña protagónica -que presumida estoy el día de hoy-.
El gran Quino nos transmitió a través de sus famosos personajes algunos rasgos y características de las caras humanas que hay en el mundo. Ellos son: Manolito, el simpático niño comerciante que sobrevalora el dinero, y que no es brillante en la escuela.

Felipe, el niño soñador que juega y vive de su imaginación, y que odia la escuela.

Susanita, la niña que repite los patrones establecidos por la sociedad para las mujeres, así que solo piensa en casarse y tener hijos, aparte de tenerle miedo a la pobreza y ser racista.

Guille, el hermanito de Mafalda, quien no se cansa de realizar travesuras y tener siempre una respuesta inteligente.

La tremenda Mafalda, la niña inquieta, preocupada por el mundo y defensora de la paz y de la igualdad.

Y finalmente, los padres de Mafalda, que sobrellevan la conducta de sus dos hijos.

Todo este marco familiar y de amigos, que pudiera ser simple y soso, es todo lo contrario en la pluma del gran Quino; sus diálogos, sus dibujos, su gran ingenio y su sarcasmo son inigualables. Con pequeñas frases nos hace reír, nos hace pensar y reflexionar sobre lo complicado y agradable que es la vida misma.
A los jóvenes que no conocen esta original serie, los invito a que la lean, ya que es una buena manera de aprender y divertirse. Y quienes tengan la fortuna de visitar Argentina, no olviden pasar a conocer las famosas estatuas de Mafalda en las ciudades de San Telmo, Mendoza, San Salvador de Jujuy y Mar de Cobo. En Venezuela hay una en su capital, Caracas; dos en España, en Oviedo y Santa Coloma de Gramanet, y esperemos que en México realicen una. Hay que proponerlo al próximo secretario(a) de Cultura.
Me quedo con un gran sabor de boca, rememorando al exquisito Quino.
¡Hasta pronto!