Las 8 claves del éxito alemán (parte 6)

“El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si amas lo que haces, triunfarás”: Albert Schweitzer, médico alemán
🖋 David Moisés Terán Pérez *
Buenos días estimadas(os) lectoras(es) de esta columna invitada, les deseo que tengan un grandioso, extraordinario, hermoso, único, genial y muy productivo martes para todas(os). Saludos cordiales. Este día, continuaremos con esta nueva saga, que constará de nueve entregas, y que hoy desarrollaremos la sexta entrega con el tema “La puntualidad”, con la finalidad de avanzar en el descubrimiento de esas 8 palabras clave que sí han marcado una sustancial diferencia en el avance de dicho país, en el plano internacional.
Y en esta ocasión, quiero comenzar con una vivencia que tuve cuando trabajé para Siemens™ allá por los finales de la década de 1980, y el inicio de la década de 1990. Esta anécdota (storytelling) la cuento, con el objetivo de que ustedes amables lectoras(es), conozcan el nivel de puntualidad con la que los alemanes operan en su cotidianidad. Comenzamos: En aquel entonces, yo colaboraba como: “Líder de Proyecto Eléctrico” para Siemens™ en la CDMX, y en aquella época, se publicó una Licitación para diseñar, desarrollar y fabricar unas líneas de enlatado para arroz en la empresa “La Costeña®”; y después de algunas semanas, se notificó que Siemens™ había ganado el concurso, por lo que se me asignó el desarrollo de dicho proyecto en la planta que tiene Siemens™ en la ciudad de Frankfurt Am Main, en Alemania (ver las Figuras 1 y 2). Yo salí del Aeropuerto Internacional de la CDMX, un sábado a las 12:56 horas, en vuelo de la empresa Lufthansa™, el vuelo duró 11 horas con 4 minutos; y con las 7 horas de más de diferencia horaria entre la CDMX y Alemania, llegué al Aeropuerto Internacional de Frankfurt a las 7 horas del domingo. Quiero comentarles que el vuelo despegó exactamente a las 12 horas con 56 minutos. ¡Que pacto tiene Lufthansa™ con los Controladores de Vuelo del Aeropuerto Internacional de la CDMX! No lo sé.

Fuente: https://press.siemens.com/de/de/pressemitteilung/siemens-bezieht-neue-niederlassung-frankfurt
Lo único que puedo comentarles, es que el vuelo despegó puntualmente; y exactamente cuando el reloj de la cabina del avión cambió de las 6:59:59 a las 7:00:00 horas del domingo, el vuelo tocó la pista en el Aeropuerto Internacional en Frankfurt Am Main. Y, en el boleto del vuelo (porque en esa época los boletos estaban impresos en un tipo cartoncillo rectangular), tenía impreso que la apertura de la puerta en la plataforma, sería a las 7:07 horas. Sobra decirles, que efectivamente: ¡La puerta fue abierta exactamente a esa hora! Y por supuesto, entré en pánico. Yo conocía la puntualidad alemana en la planta en la CDMX; sin embargo, me faltaba conocer a los alemanes en su propio país. Una vez que pasé el trámite de la Aduana (que fue muy rápido y ágil), me dirigí a la salida en donde me estaba esperando una persona de la planta de Siemens™, que estaba esperándome para llevarme a dicha planta.
Una vez que llegamos a la planta, la persona que pasó por mí al Aeropuerto, me mostró el apartamento que ocuparía durante mi estancia (que duró algunos meses). Una vez instalado, me dirigí a realizar un recorrido de recorrido por las instalaciones de la planta, para conocerla y saber el lugar en donde comenzaría mis actividades el lunes siguiente, en un horario de las 9 a las 18 horas, con una hora para consumir los alimentos en el comedor de la planta. Por ser domingo el día que llegué a la planta, esta estaba vacía y sin personas laborando. En Alemania, las organizaciones laboran solamente de lunes a viernes; y sólo ciertos servicios operan 24/7. Por lo tanto, después del recorrido de reconocimiento básico, me retiré a mi apartamento a descansar, e intentar dormir —aunque la diferencia horaria comenzaba a hacer estragos en mí, ya que siete horas de adelanto sí son complicadas—. Ese mismo domingo, aproveché para visitar y conocer el lugar en el cual, comenzaría a laborar al día siguiente, y encontré dicho espacio absolutamente ordenado, limpio, y organizado.
El día lunes salí del apartamento a las 9 horas (había unos 200 metros de distancia entre el apartamento y mi nuevo lugar de trabajo); por lo que mi ingreso fue a las 9:03 horas. Y cuando estaba sacando mi overol de trabajo de su empaque, y comenzaba a ver la bitácora de actividades a realizar ese día, apareció mi Anfitrión y Jefe Inmediato: Un alemán de 1.90 metros aproximadamente, delgado, de unos 60 años aproximadamente, rubio y con unos ojos penetrantes color cobalto, y muy ceremonioso y sonriente se dirigió a mí:
—¡Guten morgen, Herr Terán! (¡Buenos días, señor Terán!)
—Wie geht es dir? (¿Cómo está usted?)
Y yo le contesté:
—Sehr gut, danke, und dir? (Muy bien, gracias, ¿y usted?)
El me dijo:
—Ich heiße Herbert von Killer, und Sie? (Me llamo Herbert von Killer, ¿y usted?
A lo que yo le respondí:
—Guten morgen, mein name ist David Terán (Buenos días, mi nombre es David Terán)
Y, yo quería que ya se fuera, para comenzar a trabajar; sin embargo, sus siguientes comentarios fueron letales. Sin miramiento alguno, me preguntó en un inglés impecable y pausado:
—Herr, Terán: Do you know exactly what German punctuality is? Because you arrived today at 9:03 a.m.; that is, three minutes after 9 o’clock (Sr. Terán: ¿Sabe usted exactamente qué es la puntualidad alemana? Porque hoy llegó a las 9:03 horas; es decir, tres minutos después de las 9 horas.
Y antes de que pudiera yo decir algo en defensa propia, me espetó sin piedad tanto en inglés, como en alemán:
—Herr Terán: I’ll see you tomorrow at exactly 9 a.m. sharp (Lo veo mañana a las 9 horas en punto). ¡Auf Wiedersehen Herr Terán! (¡Adiós sr. Terán!).
Sobra decir, la cantidad de improperios que en ese momento le dije en español, y con toda la vergüenza me retiré, jurando que el martes no volvería a humillarme el “buen” Herbert von Killer (Heriberto de Muerte). Vayamos al martes. Para evitar la humillación del día anterior, el martes decidí llegar cinco minutos antes de las nueve horas, para ponerme el overol, revisar la bitácora de trabajo, y comenzar mis actividades, que el día anterior no pude realizar. Sin embargo, Don Herbert von Killer, tenía guardado un “as bajo la manga”. Entró a la planta e inmediatamente se dirigió hacia mí, muy sonriente, y nuevamente me saludo de manera muy cordial:
—¡Guten morgen, Herr Terán! (¡Buenos días, señor Terán!)
—Wie geht es dir? (¿Cómo está usted?)
Y yo le contesté:
—Sehr gut, danke, und dir? (Muy bien, gracias, ¿y usted?
Él me comentó entonces lo siguiente, en un inglés impecable:
—Once again Herr Terán, do you know what German punctuality is? (Una vez más Herr Terán, ¿sabe usted qué es la puntualidad alemana?
En ese momento, eran las nueve horas, y yo le respondí:
—Right now, it’s 9 o’clock (Ahora, son las nueve horas en punto)
A lo que Herr von Killer me respondió tajantemente:
—Listen carefully Herr Terán: German punctuality is not before, it is not after. It’s exactly on point. Do you understand that? And, I’ll see you tomorrow at exactly 9 a.m. sharp (Escuche con atención sr. Terán: La puntualidad alemana no es antes, no es después. Es exactamente en punto. ¿Si entiende eso?), ¡Auf Wiedersehen Herr Terán! (¡Adiós sr. Terán!)
Nuevamente, le dije en español, todas las leperadas que pude, y me retiré molesto, frustrado, enojado; pero decidido a que von Killer, no volvería a humillarme de esa manera. Por lo tanto, el miércoles exactamente a las 9:00:00 horas, tanto von Killer como yo entrabamos a la planta, bajo el siguiente diálogo:
—¡Guten morgen, Herr Terán! (¡Buenos días, señor Terán!)
—Willkommen in Deutschland! (¡Bienvenido a Alemania!
Esa fue mi experiencia con la puntualidad en Alemania, Herbert von Killer me educó en tres días y desde entonces: ¡No he vuelto a llegar a mis citas y/o actividades! Equivocadamente se ha comentado sobre la puntualidad británica; sin embargo, puedo decir que los alemanes son híper-puntuales en todas las actividades que realizan y llevan a cabo en su cotidianidad. Hasta aquí con mi historia y peripecias en Alemania, la próxima semana, desarrollaremos el tema sobre la puntualidad alemana a detalle.
Con esto concluimos con esta sexta entrega. Y como ya es nuestra semanal y sana costumbre, reciban un muy cordial saludo desde la siempre hermosa, imponente, perfecta e inigualable ¡Bahía de Banderas (Puerto Vallarta y la Riviera Nayarit)! Muchas gracias. (Continuará…)