Evitemos el fuego para vivir la Navidad con calor

• De los 95 mil incendios urbanos y no urbanos registrados anualmente, más de 70% suceden en casas habitación; desinformación y falta de capacitación, principales causas
Mikel Cearsolo *
Seguramente a usted, como a mí, las épocas decembrinas nos cambian el ánimo y nos ponen más positivos y con una actitud más relajada. No obstante, para los que nos dedicamos a la seguridad es momento de estar muy atentos, ya que durante esta temporada es notorio el incremento de siniestros relacionados con incendios en inmuebles, tanto laborales como en el hogar.
Suena lógico si pensamos que, en contraste con la disminución de las horas de luz natural, exigimos más a nuestras redes eléctricas con mayor tiempo de iluminación artificial, calefactores y, sobre todo, por la instalación de las decoraciones navideñas.
Estudios realizados por el Consejo Nacional de Protección Contra Incendios (Conapci) confirman que los incendios en bienes inmuebles son causados por “diversos factores como nuevos materiales en la construcción, mayor presencia de aparatos electrónicos, falta de instalaciones eléctricas adecuadas, seguido de accidentes involuntarios”.
Estos estudios indican que todo se agrava porque muy pocos de estos inmuebles cuentan con elementos de detección, alarma y extinción de incendios, pues no existe una reglamentación clara en la materia.
De los 95 mil incendios urbanos y no urbanos registrados anualmente, más de 70% suceden en casas habitación (una tercera parte de ellos usados también como negocio), mientras que sólo 3 % se registran en edificios industriales y oficinas; la desinformación y la falta de capacitación son las principales causas.
Esto resulta más crítico en diciembre, pues el desconocimiento puede provocar que las instalaciones de adornos navideños y la saturación de la demanda eléctrica en pequeños espacios debido a reuniones, se conviertan en verdaderas bombas de tiempo. Incluso, otras costumbres de índole religiosa muy arraigadas en México, como el uso de veladoras, así como el uso extendido de pirotecnia, elevan mucho los riesgos de incendio.
Lo cierto es que durante estas festividades los incendios se incrementan entre 25 y 30 %, según se ha publicado por diversas fuentes de protección civil en distintos estados de la república.
Pero no se trata de renunciar a las fiestas decembrinas ni a nuestras tradiciones, sino de ser más precavidos y apegados a las regulaciones existentes y a los planes de protección civil, ya sean internos u oficiales.
Es responsabilidad de cada empresa implementar el propio programa de protección civil acorde a sus propias necesidades, pero apegados a la normatividad ya existente. Y en lo que respecta a las casas habitación, es vital estar bien informados y contar siempre con datos de contacto de los organismos de Protección Civil públicas locales.
Algo que debería tomarse en cuenta es que un empleado bien capacitado puede llevar esa cultura de prevención a casa.
Entre las normas mexicanas existentes para la prevención de incendios destacan la NOM-002-STPS-2010 y la NMX-S-066-SCFI-2015 y en proyecto están otras como las PROY-NMX-XX-SCFI-2018, PROY-NMX-000-SCFI-2018 y exige que las empresas clasifiquen “el riesgo de incendio en sus plantas, edificios o niveles; además de contar con un croquis, plano o mapa general del inmueble, actualizado y colocado en los principales lugares de entrada, tránsito, reunión o puntos comunes de estancia o servicios para los trabajadores. Todo conforme a un plan de protección civil”.
LA EDUCACIÓN, UN FACTOR CRUCIAL
Enseñar a la gente las causas de los incendios, cómo reconocerlos y qué hacer en caso de que sucedan es clave para evitar tragedias durante las fiestas. Medidas tan sencillas como comprobar los detectores de humo, mantener los objetos inflamables alejados de las fuentes de calor y disponer de un plan de evacuación pueden salvar vidas, por lo que resulta fundamental tener programas de educación permanentes que incluyan simulacros.
La tecnología basada en realidad virtual está ocupando cada vez un papel más relevante en este tipo de procesos formativos, pues permite que las personas vivan y experimenten situaciones de incendio sin que esto represente un riesgo para su vida ni costos excesivos para una empresa.
De hecho, estas tecnologías ayudan a que las personas aprendan a hacer un uso adecuado de los extinguidores, así como a conocer sus diversos tipos según la clase de material en combustión, así como la manera de aplicarlos. De hecho, es posible fabricar extinguidores caseros, lo cual no es difícil y solo es cuestión de saber el cómo.
Como resulta en prácticamente todos los accidentes, lo más importante es la prevención. Para las épocas decembrinas es fundamental tener en cuenta aspectos como no conectar más de 3 series navideñas en un solo enchufe, no hacer uso de los multicontactos, verificar la instalación eléctrica del hogar y de la oficina y no dejar encendido el árbol o nacimiento cuando no haya nadie en el lugar.
Para las casas habitación, otros consejos útiles son:
- Identificar los peligros potenciales en la cocina. Revisar los electrodomésticos y el cableado, garantizar una ventilación adecuada y mantener los artículos inflamables alejados de las fuentes de calor puede ayudar a prevenir incendios en su hogar.
- Tomar precauciones cuando utilice llamas abiertas. Asegurarse de que las velas, chimeneas y parrillas exteriores estén debidamente vigiladas, y nunca dejar velas encendidas o llamas abiertas sin vigilancia.
- Disponer de un plan. En caso de incendio, asegurar que todas las personas en el lugar sepan qué hacer. No debe tomarse a la ligera contar con un plan de evacuación e, incluso, practicarlo con regularidad.
- Vigilar a los niños, pues no suelen reconocer el peligro de las llamas. Deben mantenerse alejados de velas, chimeneas y parrillas.
- Revisar a menudo los detectores de humo. Éstos deben comprobarse una vez al mes y cambiarse cada diez años.
Los incendios son amenazas reales que pueden echar abajo la alegría de las fiestas navideñas. Cerca del 80 % de las edificaciones que sufren algún siniestro de incendio pierden el 100 por ciento de su patrimonio, interrumpiendo la continuidad de las operaciones, pérdida de empleos y por tanto, la competitividad de las industrias. En los últimos 5 años, las aseguradoras reportaron más de 34 mil millones de pesos en pérdidas por incendios. En la década reciente, más de 6 mil personas fallecieron en el país por exposición a fuego no controlado, por exposición de ignición de material altamente inflamable, explosiones o por contacto con líquidos calientes (bebidas y alimentos). En México, 124 mil personas sufrieron quemaduras no fatales al año, y por cada persona que fallece, 220 personas sobreviven, pero quedan con secuelas que afectan su vida cotidiana.
En resumen, lo anterior deja claro que cuando hablamos de incendios, más allá de las pérdidas materiales, siempre hay una potencial amenaza de tener víctimas humanas.
No permitamos que el fuego de un incendio apague el calor de nuestras festividades.