Asma no es curable, pero sí prevenible; SSH difunde síntomas
• Dificultad para respirar, tos, ruido o sibilancia al pasar el aire y dolor u opresión en el pecho son las principales señales de este padecimiento respiratorio crónico
La Verdad Hidalgo – PACHUCA
En el marco del Día Mundial del Asma, la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) destacó que la enfermedad no es curable, pero sí prevenible, por lo que es importante que la población conozca los síntomas de este padecimiento respiratorio crónico que puede afectar a cualquiera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Foro Internacional de Sociedades Respiratorias (FIRS) estiman que entre 235 y 300 millones de personas en el mundo padecen asma, que en 2019 causó 461 mil muertes.
En México, durante 2020 se registraron 127 mil 758 casos de la enfermedad. La población de 25 a 44 años de edad es la más afectada, con 22% de los casos, seguida por el grupo de cinco a nueve años, con 13.8%.
Hace dos años, en el país se registraron mil 522 muertes por asma, y el 34% de las defunciones ocurrió en municipios de alta y muy alta marginación.
La SSH explicó que este padecimiento se caracteriza por la inflamación de los bronquios y la reducción del músculo que los conforma, además de la producción de una gran cantidad de moco. Los principales síntomas son: dificultad para respirar, tos, ruido o sibilancia al pasar el aire y dolor u opresión en el pecho.
Esta sintomatología se presenta de manera variable en frecuencia y gravedad. Aunque el tratamiento varía de acuerdo con la edad del paciente, por lo general se emplean los mismos métodos y medicamentos, pero en diferentes dosis; deben utilizarse a diario o en caso de alguna crisis.
Los síntomas pueden presentarse varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche. Durante un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones.
El descontrol de la enfermedad incrementa la discapacidad y genera una alta carga de la enfermedad tanto para el paciente como para las instituciones públicas de salud en las cuales se tratan. Es decir, se cuenta con evidencia de que, a mayor descontrol de la enfermedad, mayor gasto de bolsillo y del sistema de salud.
Hasta el momento se desconocen las causas de esta enfermedad, pero de acuerdo con especialistas existen factores predisponentes para desarrollarla, tales como atopia, rinitis, hiperrespuesta bronquial, exposición al humo de tabaco e infecciones respiratorias recurrentes.
En tanto, los factores desencadenantes frecuentes de una crisis de asma son: humo de cigarro, emociones fuertes, cambios de clima, el pelo de las mascotas, polvo, moho, polen de flores, infecciones respiratorias y contaminación ambiental.
