Columna invitadaSociedad

¿Cuidado del medio ambiente?

Antes de ponerse tan estrictos los “verificentros”, primero hay que solucionar las redes de movilidad de la ciudad y no dañar más a la población


🖋 Verónica Bracho Alburquerque *

Tenemos un problema muy serio en relación a la contaminación del aire, y aunque no somos los únicos en el mundo, ya que podemos enumerar las ciudades capitales, no es para conformarnos y decir que no estamos solos. Pero, ¿qué pasa con las medidas de cuidado del aire en este país?

Por otra parte, abunda la gente que no tiene idea de la gravedad de este problema ecológico, social y de salud pública. Y tenemos casos tan irracionales como el del estado de Jalisco, en el Bosque de La Primavera en la zona metropolitana de Guadalajara, donde los incendios forestales son provocados por gente sin escrúpulos que seguramente recibe un pago por hacerlo.

Contamos con gente desconsiderada que quema la basura. En Pachuca, en el sur de la ciudad, hay temporadas en que hay una peste (no puedo cambiar la palabra) de olor a basura quemada proveniente de los basureros cercanos a la ciudad. También están los perros callejeros y los perros de casa que contaminan parques y calles, y no hay vigilancia. La basura se continúa tirando en las calles a pesar de la insistencia en las escuelas y la difusión nacional de no hacerlo.

Pero lo que más preocupa y resulta ilógico es la mal llamada “verificación vehicular”. Y la llamo así porque, centrándome en Pachuca, que es en donde vivo, las calles no se encuentran en buenas condiciones para que un auto circule, tienen cientos de baches, hoyos, topes y vibradores que descomponen los autos.

Y estos “verificentros” han llegado a limitar su servicio si el auto tiene un defecto en su carrocería –por ejemplo, una calavera estrellada-, en lo que no hay coherencia, pues su objetivo es otro.

Aparte, el pésimo servicio de sus empleados, quienes actúan con el clásico despotismo de un burócrata, como si hicieran un favor en lugar de proporcionar un servicio y, por último, el más lamentable de todos: ¿por qué no verifican los camiones de carga, las pipas, el transporte público y todo camión que circule?, ¿por qué debe tocar toda la carga de pagos de multas e impuestos a la gente normal (asalariada), mientras a los dueños de estos camiones, que son de empresas, de constructoras y de funcionarios, se les condona todo tipo de multas y pagos en la contaminación del aire?

Los que más contaminan son estos vehículos, y no los tocan. Si es tanto el interés de tener un aire limpio en la entidad, ¿por qué no los incluyen?, ¿en dónde están la Secretaria de Medio Ambiente o los “partidos verdes” para regular estas acciones?

De acuerdo con esas máquinas que verifican, se le otorga el permiso de circular a los autos que son nuevos o seminuevos con toda la intención de ir sacando toda carcacha de circulación, y aquí nuevamente la reflexión: si ya no van a permitir que autos viejos circulen, en qué aprietos pondrán a la ciudadanía para transportarse de manera eficaz y segura, si los medios de transporte son tan malos en esta ciudad.

Aquí en Pachuca, una persona que vive en la zona de Punta Azul tarda más de una hora para llegar al centro, pues no hay continuidad de tiempos ni coordinación en el transporte. Los mismos estudiantes de la UAEH, a pesar de tener sus camiones exclusivos, son inservibles por las malas rutas que tienen.

Entonces, antes de ponerse tan estrictos estos “verificentros”, primero hay que solucionar las redes de movilidad de la ciudad y no dañar más a la población, y lo más importante, aplicar esta regulación de vehículos a todos, no sólo a “los mortales” automovilistas.

* Socióloga y doctora en investigación educativa

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