Sociedad

Tiempo, el momento de Flor Amargo

Del “Metro al Metropolitan”, andar con pasión, con gusto, con las ganas de ser; una bocanada de oxígeno en la selva de concreto

Francisco Acosta – CDMX

Tiempo, la vida está llena de momentos, se escucha en la voz de esta joven que no deja de moverse, que brinca, salta, toca, baila, ríe, comparte con quienes en el metro se detienen a mirarla, a escucharla, a darse una bocana de oxígeno en una selva de asfalto que devora, en una ciudad que masifica.

Sin protocolos, anti solemne, llena de pasión, de gusto por ser como se quiere ser, por hacer lo que se quiere hacer,  contagia y anima, llena el espíritu, con su mensaje de paz, de amor, de esperanza, los sueños pueden alcanzarse, ahí, en el mayor escenario de la vida misma, en la cotidianidad de la calle.

Atreverse a romper con los paradigmas del que dirán, ganado esos espacios donde el corazón de millones late, donde el sudor del esfuerzo diario converge, donde la ilusión y las ganas de llegar se conjugan a pesar de lo adverso que pueda ser la vida misma, donde se gesta el hoy a hoy, le ha dado el lugar que se merece, el reconocimiento no sólo al talento, al arte, sino a su humildad y sencillez, a su persona como un ser humano que inspira, que devuelve la esperanza, en momentos en los que nuestro México está herido, en estos tiempos donde los jóvenes quieren ser.

Sí, la vida está llena de momentos, dice en su más apreciada canción, Tiempo, y este, es su momento, el momento de millones de mexicanas y mexicanos, jóvenes la mayoría, que quieren un mejor mañana, un espacio donde puedan dar rienda suelta a sus miedos, a sus sueños, a sus anhelos, a ir por la vida confiando en el trabajo, en el talento, en sí mismos, es Flor Amargo, Emma Mayte Carballo Hernández.

Es su tiempo en este tiempo que en México, en la gran ciudad y las entidades federativas, donde la inseguridad, el miedo, la falta de oportunidades, parecen robarnos el mañana, cuando su figura se agiganta y atrapa.

Es Flor Amargo, principio de una historia urbana, una historia que se ha empeñado en escribir de otra manera, a su manera sí, con base en el trabajo, en la disciplina en la perseverancia pero sobretodo en la fe, esa que sumando acción, le ha llevado del “metro al Metropolitan”, uno de los escenarios más significativos en la ciudad de México. Ella sabe que  la palabra “éxito sólo esta antes que trabajo en el diccionario”.

Con 31 años en su haber, con la guía en sus primeros pasos con su abuelo, quien le compartió el gusto por la música, Frank Sinatra, Edith Pfiaf, la música instrumental, las historias, el campo, las vacas, las ordeñas, inició formalmente sus estudios musicales a los 6 años, cuando su madre la apoya para ingresar al Conservatorio Nacional de Música, donde el piano será su instrumento.

Luego, cursará composición, irá a Italia a complementar el cuadro musical y cristalizará uno de sus primeros propósitos, no el de ser Directora de Orquesta, sí el de tener su propia banda, Flor Amargo.

Y luego, catártica como es, se convierte en solista y va y viene, y aparece en la Voz México, y es semifinalista. Ya en el gusto del público por sus apariciones en escenarios callejeros, donde empezó  “junto a una coladera bailando tap”, es considerada por muchas, muchos, como la ganadora del concurso que inicio en octubre de 2017.

Flor Amargo es hoy, Katartic Pop, movimiento que cura, música que sana, locura que lo cura todo, es una gran histriona de la urbe, una guerrera que  se toma como insignia por una juventud, vaya que también los niños y los adultos mayores le siguen, le quieren le admiran, que se revela a la forma establecida, de una manera creativa, ingeniosa, musicalmente llena de energía. Es una joven, una auténtica “chilanga”, es polifacética,  multi instrumentista,  es alegría y tristeza, es risa y lágrimas, drama, amor y desamor, es libertad. Es arte escénico por  sí misma, toda ella.

Es una joven que da muestra de que el tesoro divino de nuestro país, quiere revivir el México de la esperanza, de la inclusión, de la tolerancia, del amor, de la oportunidad, del sueño compartido.

Sí, es Flor Amargo, es Flor y es Amar, y es “Go”, acción, es “vamos, vamos, vamos”, es un “No te rindas” que los sueños están ahí en el camino que ha recorrido desde sus inicios en 2010 hasta este momento, en el que el telón del Metropolitan se abre paso para recibirla, para compartir con más de 3 mil personas, que han agotado la taquillas, no solo pasión y arte, talento y energía, un sueño cumplido, sino ese andar que le ha dado una pequeña recompensa, el andar del Metro al Metropolitan, en concierto.

Son las letras en color dorado en la marquesina del coloso de la Avenida Independencia 90, Colonia Centro, en el corazón de la hoy CD Mx. Es Flor Amargo, es música, pasión y gusto, fe, un mensaje de humildad y sencillez, de una joven que quiere ser, un canto que rompe la cotidianeidad, una bocanada de oxígeno en esta selva de concreto, “Mucho Amor”.

Y la melena de negros chinos, enroscaditos, libre va y viene sobre ese joven rostro de cejas marcadas, moreno, de ojos negros iluminados, llenos de vida, de menuda figura vestida en rojo e hilos multicolor, que va y viene por el escenario, que sube y baja, que canta con una pequeña, que corean sus canciones, que cumple su primer sueño, es Flor Amargo en el Metropolitan”, con lleno total, con el corazón rebosante. Sí, es Flor Amargo, esperamos lo sea por siempre.

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