Columna invitada

Mindfulness, una vía para el alivio del Síndrome de Burnout

Esta antigua práctica oriental, también llamada Atención Plena, puede proporcionar un antídoto psicológico al vacío creado por la codicia materialista y la superficialidad


Verónica Bracho Alburquerque *


¡Hola lectores! A partir de este artículo comentaremos de las soluciones a los problemas que hemos venido abordando desde hace mes y medio. Es sabido que todo problema tiene diferentes alternativas de solución y ésta es una de ellas: Mindfulness, la cual trataremos en dos sesiones.

En la vida diaria es bastante común no poder mantener la concentración en alguna actividad, en una plática, o dejar a un lado las cosas importantes para centrar la atención a distracciones que se presentan (y así se inicia la procrastinación). Muchas ocasiones se queda uno estancado y rememorando el pasado, o los días se pasan muy rápido, con la amarga sensación de no haberse disfrutado plenamente.

Todo ello hace pensar que no se vive en un mundo de la información, sino en un mundo de la distracción, lo que hace citar al cantautor argentino Facundo Cabral cuando decía que: “No estás deprimido, estás distraído”.

Las distracciones pueden quitarnos dos horas del día cuando nos desconcentramos, y podemos tardar hasta 20 minutos en volver a concentrarnos en lo que estábamos haciendo. Estas distracciones llegan a dejar a las personas exhaustas y a reducir la capacidad de comprensión, de memorización y de una efectiva toma de decisiones (Esgueva, 2016).

La tecnología hace la vida más fácil, pero no hace trabajar menos a las personas; da más libertad, ofrece información accesible en el momento (en la Sociedad de la Información), pero esta libertad se ve empañada por esa misma información que, por su magnitud, es aplastante e incluso desgastante y de manera sutil, engancha y somete a distracciones que llegan a provocar más ansiedad y estrés; aunado a las distracciones de la misma mente.

La mente es muy difícil de controlar, la mente divaga, vive el pasado, el presente y el futuro casi de manera simultánea; le gusta rumiar las preocupaciones e imaginar escenarios. Los estudios han llegado a demostrar que las personas llegan a mantener un pensamiento sólo durante una media de 10 segundos antes de pasar a un pensamiento diferente (Esgueva, 2016).

Mindfulness es un término inglés que se utiliza para castellanizar (pues no hay un sinónimo exacto en español) el de Atención Plena, Conciencia, o Consciencia Plena, Meditación Atenta, la cual consiste en vivir en el momento presente sin que la mente esté “perdida en otras cosas”.

Es la capacidad para dirigir la atención a voluntad hacia las experiencias del aquí y el ahora, sin juzgar y con una actitud de apertura y de curiosidad. Proviene del budismo, desde hace 2 mil 700 años en el Oriente, y ahora se emplea en Occidente, sobre todo como un entrenamiento mental y de atención.

Su introducción y adaptación a nuestra cultura es muy reciente. Llegó en 1979, impulsado por el psiquiatra Jon Kabat-Zinn, quien empezó a aplicarlo en la Escuela de Medicina de Massachusetts, en los Estados Unidos de América, para aliviar el dolor crónico en ciertos pacientes (Kabat-Zinn, 2009).

La práctica de la meditación parece inútil vista desde fuera; sin embargo, la existencia interna es muy diferente. A medida que la mente se tranquiliza, la conciencia toma transparencia, lucidez y ecuanimidad, lo que se refleja positivamente en nuestra vida.

El Mindfulness o Atención Plena se hace más fuerte y presencial a medida que se hace más consciente su práctica. Esta antigua práctica oriental ha tenido que sufrir variaciones y cambios para ser exportada a Occidente, en un momento muy crucial y necesario para la salud mental y la supervivencia psicológica y emocional, en medio de las prisas y del culto a la productividad, y actualmente con la ansiedad que nos produce la pandemia por Covid-19.

La práctica de la Atención Plena ha sido utilizada en el fútbol americano de élite para mejorar la falta de equilibrio emocional de los jugadores. También, niños provenientes de familias rotas ya se han entrenado con Atención Plena.

En las empresas, los trabajadores están sobrecargados y estresados por el trabajo y la presión, y la Atención Plena les ha ayudado a mantener la calma.

El Mindfulness empieza a ser más atractivo porque puede proporcionar un antídoto psicológico al vacío creado por la codicia materialista y la superficialidad (Kabat-Zinn, 2009). Se necesita (y siempre lo ha sido) encontrar el propósito de nuestra vida y ser feliz. La sabiduría nos dice que hay que ser feliz en el mundo tal como es, sin pretender ajustarlo a nuestros deseos. La paz interior aparece cuando se acepta que no se puede conseguir que las cosas sean como se quiere. La realidad se presenta como es, sin que se opaque por las preocupaciones. Como dice el Dalái Lama: “Encuentro esperanza en los días más oscuros, y me focalizo en lo luminoso, porque no juzgo al Universo”.

En el siguiente artículo continuaremos con la técnica y la práctica de Mindfulness.

Referencias:

Esgueva, F. (2016). Mindfulness, una guía práctica. Argentina: Editorial Zenith Planeta

Kabat-Zinn, J. (2009). Full catastrophe living. New York: Bantam Dell

Imagen tomada de: https://wellness.usask.ca/articles/mindfulness.php

Procrastinación: Es la acción o el hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables, por miedo a afrontarlas. También significa aplazar una obligación o un trabajo.

* Socióloga y M.C.E.

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